Nuestras interacciones sociales afectan significativamente a nuestros indicadores de estado físico y mental. A esta conclusión llegaron científicos estadounidenses cuando hicieron una prueba con casi 700 participantes y construyeron un clasificador que determina su condición. De acuerdo a un artículo publicado en PLoS One, el modelo fue mucho más exacto cuando tuvo en cuenta las conexiones sociales de una persona, según recoge el autor original de este artículo Yana Berman en N+1 y comparte Periodista Digital
La obesidad y el hábito de fumar dependen de nuestro círculo social
El círculo social, así como la fuerza y el carácter de las conexiones establecidas en él, es un factor importante que influyen en el estado de una persona. Las investigaciones muestran que la obesidad se extiende con alta velocidad en los grupos sociales, mientras que la comunicación con los fumadores aumenta la posibilidad de desarrollar dependencia de la nicotina.
Al mismo tiempo, otros factores que no dependen del círculo social también pueden afectar a la vida de un individuo. Por eso no era suficientemente claro si esas conexiones realmente desempeñan un papel importante en nuestras vidas en el contexto de otros factores. Los científicos bajo el liderazgo de Suwen Lin de la Universidad de Notre Dame en Indiana decidieron comprobar esa teoría. Construyeron un modelo estadístico, el cual predice varios datos sobre la salud humana mediante el análisis de información demográfica, así como datos sobre la actividad física y las conexiones sociales.
El modelo que predice nuestro estado físico y mental
El estudio fue basado en los datos de 698 estudiantes y contó con su generó sin tomar en cuenta la edad, ya que todos pertenecían al mismo grupo de 17 a 19 años. Los voluntarios tenían que usar un rastreador de actividad física durante seis meses para registrar su actividad diaria, la frecuencia cardíaca y los periodos del sueño. También los científicos recopilaron unos datos de sus teléfonos móviles, analizando los mensajes y las llamadas para crear un patrón de sus conexiones. Es decir, calcularon la cantidad de personas con las cuales los participantes mantenían contactos y evaluaron la proximidad de esas relaciones.
La información recopilada fue utilizada para crear un algoritmo clasificador capaz de hacer algunas conclusiones sobre cuatro indicadores: nivel de estrés, felicidad, actitud positiva y salud física. Para proporcionar la información actual, los participantes completaron encuestas especiales varias veces durante el estudio. Resultó que cuando un patrón de interacción social está incluido en la clasificación, su precisión aumenta significativamente. Por ejemplo, los indicadores de estrés son más exactos en un 38% de los casos, los de felicidad en un 65%, de actitud positiva en un 55% y de evaluación subjetiva del bienestar físico en un 54%.
Así los científicos demostraron que las características de nuestras conexiones sociales están relacionadas con los indicadores de bienestar físico y mental. Además, son tan importantes como otros indicadores demográficos o la información sobre nuestros costumbres físicas.
Anteriormente, explicábamos como un uso excesivo de las redes sociales y smartphones puede hacer que nos sintamos más solos, aunque conectamos con otras personas con mayor frecuencia.