Es algo de lo que todos nos hemos dado cuenta. La comunidad científica no siempre descubre cosas agradables. Y ahora se ha querido fijar en las diferencias de altura, algo que siempre ha existido y siempre existirá entre las distintas personas, según sq.
Ya sea por razones genéticas o alimenticias, hay gente que termina siendo más alta que otra. En algunos casos, mucho más alta, e inversamente también mucho más pequeña. Esto ha provocado que siempre haya habido caricaturas y estereotipos asociados a las personas de distintas alturas.
Por ejemplo, de las personas muy altas siempre se ha dicho que suelen ser algo distantes, algo así como si la propia altura de sus cabezas los mantuviera permanentemente confundidos. Por otro lado, se bromea con que la gente pequeña, especialmente los que están por debajo de la media, a menudo son demasiado activos… y algo agresivos.
La ciencia ha intervenido para despejar algunas dudas: investigadores del Centro para el Control de las Enfermedades en Atlanta, Georgia, preguntaron a 600 hombres de entre 18 y 50 años sobre su percepción sobre las diferencias de género, la imagen que tienen de sí mismos y su comportamiento hacia distintos ámbitos. De esta manera, se dieron cuenta de que los de menor altura tenían una menor seguridad en su masculinidad, algo que se traducía en respuestas más agresivas.
Además, en otro estudio de la Universidad de Oxford realizaron un experimento usando lentes de realidad virtual, entre ellas algunas que hacían que la gente sintiera que era 30 centímetros más baja. Las 60 mujeres que participaron debían dar una caminata virtual por el metro de Londres, para luego responder un cuestionario.
Las que llevaron las lentes con menor altura, dijeron sentirse más inseguras, vulnerables y menos talentosas. El profesor Daniel Freeman, uno de los directores del estudio, lo explicó de esta manera
«Cuando estás más abajo de lo normal, esto te hace sentir inferior a otra gente. Esto te hace sentir más vulnerable, lo que te lleva a ver hostilidad donde realmente no la hay.»
Así que ya lo sabes: muchas cosas que creemos que son así pero sobre las que no tenemos evidencia, al final resultan ser completamente… correctas.
