Los apretones no dejan a los más escrupulosos más opción que correr a toda prisa hacia un baño público, donde con paciencia y apretando antes las piernas por si acaso, la mayoría opta por poner sobre la taza del váter papel higénico a fin de no ‘enmerdar’ aún más la situación y acabar con una infección de tomo y lomo por culpa de los gérmenes.
Sin embargo, según revela ahora un estudio publicado por la escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York Philip Tierno, tal proceder no sirve absolutamente para nada, lo mismo que hacer el saltimbanqui adoptando acrobáticas posturas que no siempre salen bien.
Y es que, al parecer y de acuerdo a la investigación de marras, tal proceder no evita el contacto con las bacterias, sino que tiene el efecto contrario, las atrae.
El papel higiénico está diseñado para absorber al máximo, por lo que facilita que se entre en contacto con las bacterias infecciosas.
Además, los gérmenes fecales son volátiles por lo que pueden contaminar cualquier espacio del aseo.
Según indican los expertos, lo mejor es utilizar el váter en cuclillas sin tocar la taza y lavarse las manos con jabón para tocar todo lo que haya en el baño.
También recomiendan utilizar pañuelos propios y no el papel higiénico del servicio público.