El primer brazo robótico controlado mentalmente sin implantes cerebrales ha sido un éxito

El primer brazo robótico controlado mentalmente sin implantes cerebrales ha sido un éxito
Robótica YT

Un equipo de investigadores de la Universidad Carnegie Mellon, en colaboración con la Universidad de Minnesota, ha hecho un gran avance en el campo del control de dispositivos robóticos no invasivos. Utilizando una interfaz cerebro-computadora (BCI) no invasiva, los investigadores han desarrollado el primer brazo robótico controlado mentalmente que exhibe la capacidad de rastrear y seguir continuamente el cursor de una computadora, según recoge sciencedaily y comparte Periodista Digital.

Ser capaz de controlar de manera no invasiva los dispositivos robóticos utilizando solo pensamientos tendrá amplias aplicaciones, en particular beneficiando la vida de los pacientes paralíticos y aquellos con trastornos del movimiento.

Se ha demostrado que los BCI logran un buen rendimiento para controlar dispositivos robóticos utilizando solo las señales detectadas por los implantes cerebrales. Cuando los dispositivos robóticos se pueden controlar con alta precisión, se pueden usar para completar una variedad de tareas diarias. Hasta ahora, sin embargo, los BCI exitosos en el control de brazos robóticos han utilizado implantes cerebrales invasivos. Estos implantes requieren una cantidad considerable de experiencia médica y quirúrgica para instalar y operar correctamente, sin mencionar el costo y los riesgos potenciales para los sujetos, y como tal, su uso se ha limitado a solo unos pocos casos clínicos.

Un gran desafío en la investigación de BCI es desarrollar tecnología menos invasiva o incluso no totalmente invasiva que permita a los pacientes paralizados controlar su entorno o miembros robóticos utilizando sus propios «pensamientos». Dicha tecnología no invasiva de BCI, si tiene éxito, brindaría la tecnología tan necesaria a numerosos pacientes e incluso potencialmente a la población en general.

Sin embargo, los BCI que utilizan sensores externos no invasivos, en lugar de implantes cerebrales, reciben señales «más sucias», lo que conduce a una resolución más baja actual y un control menos preciso. Por lo tanto, cuando se usa solo el cerebro para controlar un brazo robótico, un BCI no invasivo no resiste el uso de dispositivos implantados. A pesar de esto, los investigadores de BCI han seguido adelante, con el ojo puesto en el premio de una tecnología menos invasiva o no invasiva que podría ayudar a los pacientes en todas partes a diario.

Bin He, Profesor Fiduciario y Jefe de Departamento de Ingeniería Biomédica en la Universidad Carnegie Mellon, está logrando ese objetivo, un descubrimiento clave a la vez.

«Ha habido avances importantes en los dispositivos robóticos controlados por la mente que usan implantes cerebrales. Es una ciencia excelente», dice He. «Pero el objetivo final es no invasivo. Los avances en la decodificación neural y la utilidad práctica del control robótico no invasivo del brazo tendrán implicaciones importantes en el desarrollo eventual de neurorobóticos no invasivos».

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