La enfermedad de Alzheimer (EA) comienza a alterar y dañar el cerebro años, incluso décadas, antes de que aparezcan los síntomas, lo que hace que la identificación temprana del riesgo de EA sea primordial para retrasar su progresión, según recoge sciencedaily y comparte Paula Dumas para Periodista Digital.
En un nuevo estudio publicado en línea en la edición del 9 de septiembre de 2019 de la Neurobiología del Envejecimiento, los científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego dicen que, con desarrollos posteriores, medir la rapidez con la que se dilata la pupila de una persona mientras está tomando pruebas cognitivas puede ser un método de bajo costo y poco invasivo para ayudar en la detección de individuos con mayor riesgo genético de EA antes de que comience el deterioro cognitivo.
En los últimos años, los investigadores que investigan la patología de la EA han dirigido principalmente su atención a dos factores causales o contributivos: la acumulación de placas de proteínas en el cerebro llamadas beta amiloide y enredos de una proteína llamada tau. Ambos se han relacionado con dañar y matar neuronas, lo que resulta en una disfunción cognitiva progresiva.
El nuevo estudio se centra en las respuestas pupilares que son impulsadas por el locus coeruleus (LC), un grupo de neuronas en el tronco encefálico involucradas en la regulación de la excitación y también en la modulación de la función cognitiva. Tau es el biomarcador conocido más antiguo para la EA; aparece por primera vez en la LC; y está más fuertemente asociado con la cognición que la beta amiloide. El estudio fue dirigido por el primer autor William S. Kremen, PhD, y el autor principal Carol E. Franz, PhD, ambos profesores de psiquiatría y codirectores del Centro de Genética del Comportamiento del Envejecimiento de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego.
La LC impulsa la respuesta pupilar (el diámetro cambiante de las pupilas de los ojos) durante las tareas cognitivas. (Los alumnos se hacen más grandes cuanto más difícil es la tarea cerebral). En un trabajo publicado anteriormente, los investigadores informaron que los adultos con deterioro cognitivo leve, a menudo un precursor de la EA, mostraron una dilatación de la pupila y un esfuerzo cognitivo mayor que los individuos cognitivamente normales, incluso si ambos grupos producido resultados equivalentes. Críticamente, en el último artículo, los científicos vinculan las respuestas de dilatación pupilar con genes de riesgo de EA identificados.
«Dada la evidencia que vincula las respuestas pupilares, LC y tau y la asociación entre la respuesta pupilar y las puntuaciones de riesgo poligénico de AD (una contabilidad agregada de los factores para determinar el riesgo de AD heredado de un individuo), estos resultados son una prueba de concepto que mide la respuesta pupilar durante las tareas cognitivas podrían ser otra herramienta de detección para detectar el Alzheimer antes de que aparezcan los síntomas «, dijo Kremen.
