Los altos niveles de contaminación del aire parecen aumentar la posibilidad de un aborto involuntario «perdido» o silencioso, por lo que el feto muere durante el primer trimestre, pero el cuerpo no reconoce la pérdida del embarazo y no se presentan síntomas como sangrado, según recoge iflscience y comparte Paula Dumas para Periodista Digital.
Los hallazgos, publicados en la revista Nature Sustainability, provienen de un gran estudio realizado recientemente en Beijing, la capital de China llena de smog que tiene una calidad del aire notoriamente pobre.
Un equipo de científicos de cinco universidades chinas analizó los registros de 255,668 mujeres embarazadas entre 2009 y 2017, incluidas casi 17,500 que experimentaron abortos involuntarios. Luego compararon estas cifras con los niveles de exposición materna a cuatro contaminantes atmosféricos principales, partículas finas (PM2.5), dióxido de azufre, ozono y monóxido de carbono.
Después de tener en cuenta otros factores, como la edad y la ocupación, descubrieron que el aumento de los niveles de los cuatro contaminantes del aire se asociaba con un mayor riesgo de aborto involuntario.
Los abortos involuntarios silenciosos ocurren en hasta el 15 por ciento de todos los embarazos, pero son especialmente comunes en los países en desarrollo. Ocurren cuando el feto no se forma o muere, pero la placenta y los tejidos embrionarios todavía están en el útero.
No está claro exactamente cómo la contaminación del aire podría aumentar el riesgo de un aborto involuntario silencioso, sin embargo, este estudio es solo uno de los muchos que muestran que estar expuesto al aire sucio de la ciudad durante el embarazo puede aumentar el riesgo de complicaciones.
Por ejemplo, la exposición a la contaminación del aire durante el embarazo ya se ha relacionado con un mayor riesgo de aborto espontáneo, menor peso al nacer, anomalías cerebrales e incluso un mayor riesgo de autismo.
Gracias a otro estudio reciente, también se entiende que el hollín y las partículas de los motores de los automóviles y las plantas de combustibles fósiles se pueden encontrar en el lado fetal de la placenta, lo que significa que podría interactuar o alterar el desarrollo fetal.
Las cosas tampoco mejoran mucho después de que naces. La contaminación del aire se ha relacionado con una gran cantidad de afecciones respiratorias y enfermedades cardiovasculares, incluidos ataques cardíacos, derrames cerebrales, arritmia, insuficiencia cardíaca, enfisema y cáncer de pulmón.
Para colmo, un estudio alemán de principios de este año encontró que la contaminación del aire es responsable de casi 9 millones de muertes prematuras cada año, casi el doble del número estimado por estudios anteriores.
«Para poner esto en perspectiva, esto significa que la contaminación del aire causa más muertes adicionales al año que fumar tabaco, que según la Organización Mundial de la Salud fue responsable de 7.2 millones de muertes adicionales en 2015», Thomas Münzel, coautor de la reciente Alemania estudio y profesor en el Centro Médico de la Universidad de Mainz, dijo en un comunicado.
