Calentar
Como en cualquier otro deporte, el calentamiento es fundamental para prevenir lesiones. Peña advierte que este debe ser tanto articular como muscular. Para este último, podemos hacer sentadillas isométricas, apoyados en la pared, de entre 30 a 1 segundos, extendiendo la rodilla y contrayendo el cuádriceps varias veces. Para el calentamiento aeróbico, hay que empezar trotando a un ritmo suave un par de minutos, para ir subiendo el ritmo, poco a poco.
Hacerse una revisión
El entrenador de Estudio Life recomienda someterse a una revisión médica para saber nuestro estado y posibilidades físicas. “Si no nos la hacemos, debemos empezar a correr progresivamente, sin excesos”, apunta. Aunque muchos médicos hablan de los beneficios de la marcha rápida frente al running, Peña asegura que, si no hay patologías o lesiones, es mejor intentar correr, por sus beneficios. “Entre ellos, el impacto ayuda a subir la densidad ósea y produce mejoras musculares y articulares”, explica. Según el entrenador, “la edad es solo una excusa: nuestro cuerpo se adapta al estrés al que le sometemos (ley de Wolf)”, pero debemos hacerlo con “precaución y cabeza”.
Elegir la ropa
Para correr, siempre debemos elegir ropa cómoda que no comprima la circulación. En cuanto al calzado, aunque siempre es recomendable hacerse un estudio de la pisada, Peña sugiere no realizarlo nada más empezar. “El presupuesto de unas buenas plantillas y un estudio ronda los 200 euros, más las zapatillas entre 50 y 150 euros. Si solo queremos probarlo, sin estar seguros de que vayamos a realizarlo de manera continua, no debemos gastar tanto dinero, por muy motivados que estemos: el running no es para todo el mundo”, aclara.
Como alternativa, recomienda observar nuestros zapatos para ver cómo pisamos: el desgaste de nuestras zapatillas nos permitirá ver con qué zonas del pie en movimiento pisamos más. “Nuestro pie pisa con zonas distintas en estático y en movimiento”, aclara. En caso de duda, recomienda elegir unas zapatillas “neutras” a las que luego se les pueda añadir una plantilla, según nuestra pisada, según recoge cd y comparte Paula Dumas para Periodista Digital.
Mejor por la mañana, nunca por la noche
El experto señala la mañana como el mejor momento para salir a correr porque “activa nuestro cuerpo e interrumpe el sueño”. Por el contrario, por la noche es el momento menos recomendable para practicar running. “A los principiantes les hará acabar muy cansados y descansarán mal si se van a dormir seguidamente”, explica. Naturalmente, la alternativa para los que no puedan hacerlo por la mañana es correr por la tarde, pero con suficiente margen respecto a la hora de cenar y de dormir.
Comer
Si se sale a correr por la mañana, hay que comer algo suave y de rápida absorción, como una pieza de fruta y un yogurt. Mientras que, a la vuelta, Peña aconseja tomar hidratos, para recuperar la energía gastada, y proteínas, para ayudar al cuerpo a regenerarse.
Estirar
Observando a runners, podemos comprobar que algunos estiran cuando se ponen en marcha, otros paran a hacerlo después de un rato y otros deciden hacerlo al final. Entonces, ¿cuál es el mejor momento para estirar? “Si se hace antes de correr, nunca más de seis segundos, ya que los ligamentos y tendones pueden estirarse demasiado y provocar caídas, lesiones o que no rindamos lo que debemos”, responde el experto. Parar a estirar solo debe hacerse en el caso de sentir una sobrecarga para poder seguir.