Cómo manejar la ansiedad dental

Cómo manejar la ansiedad dental

La odontofobia o ansiedad dental es un problema con el que muchas personas luchan. Hay muchas explicaciones para esta fobia, pero la más conocida es la que tiene su origen en las experiencias traumáticas previas con dentistas no tan considerados. Ahora bien, el término “no tan considerado” es una especie de descripción injusta, pues los dentistas durante los últimos 10 años han recibido una educación diferente en comparación con los dentistas educados, digamos, hace 20-30 (o más) años.

Durante la última década, el énfasis en la psicología del paciente, su comodidad y autonomía ha alcanzado su nivel más alto en toda la historia de la odontología. Esto debería ser un alivio para las personas con ansiedad dental, al menos hasta cierto punto. Esto también se puede traducir en las siguientes exigencias para un dentista:

  • El paciente no debe sentir ningún dolor en la silla del dentista.
  • El dentista no tiene permitido hacer nada a menos que el paciente dé su consentimiento informado completo.
  • El paciente debe estar relajado en la silla del dentista durante cualquier procedimiento.

Ahora, el propósito de este artículo es dar a los dentistas, estudiantes de odontología y, francamente, a todos los adultos con ansiedad dental, una visión de las técnicas más efectivas que se pueden utilizar para rehabilitar a los pacientes con odontofobia. Para obtener más información sobre las técnicas para controlar la ansiedad dental, puede visitar a nuestros chicos en tannlege fagerstrand.

El primer paso esencial en este proceso es que el dentista se tome su tiempo para hablar con el paciente. La charla no sólo debe ser sobre la boca y los dientes, sino también debe ser una conversación amistosa y casual para establecer una amistad y un grado de confianza con el paciente. Mientras la conversación progresa, es recomendable tener música suave de fondo e incluso aromas relajantes en la habitación. Esta charla debería ser como una conversación amistosa entre dos iguales. El paciente debe estar sentado en posición vertical en la silla.

El paciente debe estar sentado a la misma altura que el dentista. De esta manera, el dentista no parecerá una figura de autoridad. Esto último debe evitarse a toda costa.

Durante esta charla, se le debe asegurar al paciente y convencerlo de que no habrá ningún tipo de dolor mientras se encuentre en la silla. No debe haber dolor en absoluto. Por supuesto, se asume que el dentista tiene esta capacidad.

Después de esto, la sesión debe comenzar con una palpación de los músculos faciales y cervicales (cuello). Esto es percibido como muy relajante y, además, promueve la confianza en la mayoría de los pacientes. De cualquier manera, la palpación de los músculos faciales debe ser parte del chequeo de rutina que realiza un dentista. Esto puede revelar la posible existencia de mialgia, bruxismo, trastornos de la articulación temporomandibular (TMD), espasmos o cualquier otra disfunción en el patrón de mordida (oclusión) y la musculatura.

En este punto, el paciente debe haber perdido el 50% de su estrés y sus preocupaciones. Durante este procedimiento, el dentista debe seguir comunicándose con el paciente, asegurándose de que se sienta cómodo. Mantener el buen humor en esta etapa también aumentará la confianza del paciente. La siguiente etapa brindará pequeñas oportunidades para que el paciente se siente y se enjuague. Esto elimina la sensación de estar encerrado en las manos de alguien. Mientras hace esto, pregúntele al paciente si se encuentra bien.

En esta etapa, se debe evaluar el nivel de ansiedad del paciente. Si hay oportunidad para avanzar, el dentista continuará. En esta etapa, el dentista debe realizar una limpieza y pulido cuidadoso y suave. Esto debe hacerse preferiblemente con instrumentos manuales en lugar de instrumentos ultrasónicos con spray de agua. Esto mantendrá al mínimo las molestias y la acción en curso. Esta fase debe realizarse con mucho cuidado para no dañar las encías y provocar la menor incomodidad posible. Todo este proceso inicial está destinado a subrayar en la mente del paciente la idea de que «nada debería doler al sentarse en la silla dental».

Durante la primera visita de un paciente con ansiedad dental, siempre es contraproducente que un dentista realice algo complicado como extraer muelas del juicio.

El proceso descrito anteriormente tiene como objetivo que el paciente se acostumbre al tratamiento dental, al nuevo dentista y a la idea de que el tratamiento dental puede ser completamente libre de dolor. Por lo tanto, el dentista debe comprender que el paciente necesita tiempo para procesar las cosas que sucedieron y, poco a poco, deshacerse de la ansiedad dental después de cada visita libre de molestias y de dolor. Ahora, este proceso puede ser más lento para algunos y más rápido para otros. Es responsabilidad del dentista reconocer en qué parte del proceso de rehabilitación se encuentra el paciente.

De ser necesario, este proceso se puede combinar con un buen sedante como Flunitrazepam, para facilitar aún más las cosas. Esto hará que la rehabilitación sea más rápida y profunda. Si el paciente conoce esta alternativa, él o ella podría solicitarla al dentista.

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