Los científicos que buscan descubrir los secretos del envejecimiento celular han identificado un gen que desencadena la senescencia, un fenómeno en el que las células dejan de dividirse. La senescencia es una ocurrencia natural en la vida de una célula, y los investigadores han tratado de aprender sobre ella por un par de razones.
En primer lugar, está conectado a la vejez
Se cree que las células senescentes contribuyen a las enfermedades cardíacas, la artritis, las cataratas y una serie de otras afecciones relacionadas con la edad.
En segundo lugar, la falta de senescencia es un sello distintivo de las células cancerígenas, que pasan por alto este proceso para replicarse de manera incontrolada.
El nuevo estudio, publicado en Molecular Omics, ilumina los genes implicados en la senescencia celular y destaca uno en particular que parece estrechamente asociado con este crucial proceso biológico. En experimentos, investigadores de la Universidad de Búfalo (UB) descubrieron que un gen llamado CD36 es inusualmente activo en células viejas y senescentes.
Según publica la web de la Universidad de Búfalo,
Los científicos pudieron provocar que las células jóvenes y sanas dejaran de dividirse al aumentar la actividad CD36 dentro de esas células. El efecto se extendió a las células cercanas, con casi todas las células en una placa de Petri que muestran signos de senescencia cuando solo una pequeña fracción de esas células (alrededor de 10 a 15 por ciento) estaban sobre expresando CD36. Las nuevas células colocadas en el medio de crecimiento (una sustancia espesa) que anteriormente albergaban a las células senescentes también dejaron de replicarse.
Ekin Atilla-Gokcumen, profesor asistente de química en la Facultad de Artes y Ciencias de la UB, señala que
Lo que encontramos fue muy sorprendente. La senescencia es un proceso muy complejo, y no esperábamos que la alteración de la expresión de un gen pudiera provocarlo o causar el mismo efecto en las células circundantes.
Los resultados apuntan a CD36 como un tema apasionante de futuras investigaciones ya que el papel exacto del gen en la senescencia sigue siendo un misterio.