Era la tercera y última vez que Stephanie Levesque alquilaba su vientre para que una pareja pudiera convertirse en padres (A las parejas españolas no les duelen prendas a la hora de pagar hasta 200.000 € por un vientre de alquiler).
Todo iba como la seda, pero cuando los padres biológicos de la criatura que llevaba en el vientre le exigieron abortar debido a que el bebé que gestaba tenía un problema cardíaco, se negó en redondo a hacerlo ( Una pareja viola en España a la joven a la que iba a utilizar como vientre de alquiler).
Y es que la historia se complicó porque los padres biológicos son su hermana y cuñado. Stephanie afirma tajante que cree ante todo en la vida y que sus creencias no le permiten deshacerse del bebé, aunque físicamente tuviera un problema congénito (Nicole Kidman, madre por cuarta vez gracias a un vientre de alquiler).
Madre de dos gemelas, había sentido junto con ellas los latidos de ese bebé que ya no era esperado al saber de su problema, sin embargo no pudo y no quiso deshacerse de él, desafió las leyes y se negó a abortar, aunque esta desición rompiera el equilibrio familiar.
Levesque es una agente de bienes raíces de Texas, ya había rentado su vientre para ser madre sustituta otras dos veces y ambos casos fueron exitosos embarazos, sin complicaciones.
En la semana 16 de su embarazo, los médicos revelaron tristemente que el bebé sufría un defecto cardíaco grave.
Antes de saber esto, ella tenía una relación familiar muy cordial con los padres biológicos, sin embargo cuando ellos le exigieron abortar, se negó y se comenzó el problema.
Dio a luz al bebé apenas unos días antes de navidad el 21 de diciembre de 2017 en el Medical City Women’s Hospital en Dallas.
Las enfermeras le permitieron apenas una rápida mirada al niño que llevaba en su vientre durante nueve meses, pero después se lo retiraron para darlo a The Neonatal Intensive Care Unit (NICU), que se traduce como unidad de cuidados intensivos neonatales.
Hasta el día de hoy no sabe su paradero, no sabe si los padres se quedaron con él o tan siquiera lo operaron para corregir su problema cardíaco.
Por lo que hizo un llamado a los medios y legisladores, con la esperanza de revisar las leyes de subrogación y presionar por contratos más estrictos que aboguen por bebés con este tipo de problemas.
La mujer se mantuvo cerca de las familias de los otros dos bebés. Llamó a los tres embarazos el «regalo más hermoso» que existe y no entiende cómo los padres pueden no querer a un hijo «sea como sea».
Aparte de su cruzada legal, la madre de dos también está en el proceso de escribir un libro sobre su viaje de subrogación, que considera, no ha terminado hasta ayudar a que se estipule por escrito el posible futuro de bebés con este tipo de problemas.
