La jerezana logró quedarse embarazada después de algún tiempo intentando ser madre, porque tenía muy claro que necesitaba serlo, y los primeros meses han sido «delicados», hasta el punto, según nos cuentan, de «pasarlo realmente mal» en algunos momentos, y «teniendo que hacer pausas obligadas» en su frenética agenda laboral. Hasta ahí podemos leer.
Para enfrentarse al papelón que se le viene encima a Inés Arrimadas si acepta el marrón que le ha dejado Albert Rivera hace falta como mínimo llevar por bandera la vocación política, tener la fuerza, la capacidad, los apoyos y las ganas, según cuenta Informalia y y recoge Paula Dumas.
Pero la futura lideresa naranja vive además, a sus 38 años, un momento personal muy especial, sacando adelante un embarazo «complicado», según nos aseguran a Informalia desde su entorno.
En estas condiciones, y una vez superada la fase más compleja de su reto personal, se plantea sumar a la maternidad otro sacerdocio que cambiará su vida para siempre.
Además de ser madre de los hijos que vaya a tener, ser madre de todos: líder de su partido, una formación muy pequeñita tras la debacle, en una situación económica a tener muy en cuenta, consecuencia de haber obtenido solo 10 diputados en lugar de 57, con unas estructuras diseñadas para otras dimensiones.
Es evidente que tras las elecciones del 10-N y el abandono de Albert Rivera habrá que criar como a un bebé recién nacido a Ciudadanos, ahora una criatura muy pequeñita. O sea, que Inés será madre por partida doble, en lo personal y en lo profesional.
La presentadora del telediario de TVE, Ana Blanco, lo dejó claro el día que moderaba el debate electoral entre los cinco dirigentes de los partidos nacionales: «Se habla mucho de feminismo pero aquí no hay ni una sola mujer».
Pues bien, el exceso de testosterona en la política española ya tiene una contrincante: Inés Arrimadas. Pero el camino va a ser largo.
Tras la dimisión de Albert Rivera, todos se preguntaron qué pasará con Ciudadanos. Y la mujer más señalada para tomar las riendas del partido se llama Inés. La diputada electa, apenas un día después de la salida de Albert Rivera, tuvo que tomar postura sobre el acuerdo de Gobierno entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
«Es nefasto y contrario a los intereses de la mayoría de españoles», se apresuró a asegurar la presunta nueva líder naranja. Inés Arrimadas lanzaba rápidamente un mensaje sobre el pacto, lo que apunta a sus intenciones de asumir el liderazgo del partido. «Aún estamos a tiempo de que Sánchez rectifique.
En un momento como éste, apelamos a la responsabilidad de PSOE y PP para llegar a un acuerdo moderado y constitucionalista con Ciudadanos, basado en Pactos de Estado buenos para nuestro país. Por el bien de España», reclamó Arrimadas en Twitter.
Las intenciones de la futura lideresa y su disposición al diálogo son magníficas, pero Inés se enfrenta primero al gran reto de mantener a flote a su partido hasta las próximas elecciones y volver a intentar situarse en el centro que tan buenos réditos le dio a Ciudadanos no hace tanto. El descalabro en las urnas no va a ser fácil de superar. ¿Se dejará aconsejar por antiguos colaboradores de su etapa catalana o se irá alejando, como hizo Rivera, de los que pusieron las bases de Cs?
¿Recapacitará sobre ello Inés Arrimadas? Si consigue sacar adelante al nuevo Ciudadanos, podría convertirse en unos años, tal vez 8 o quizás 12, en la primera presidenta de España. No en vano fue la primera mujer en ganar unas elecciones autonómicas en Cataluña.
Embarazada
La portavoz de Ciudadanos afronta esta nueva etapa de su vida, embarazada de su primer hijo (si es que es solo uno, porque nada ha dicho ella en este sentido), a los 38 años. Su marido, Xavier Cima, y ella llevaban tiempo buscando un bebé y lo han conseguido justo ahora. ¿Existe el momento perfecto para ser padre o madre? Probablemente, no.
Inés nunca ha ocultado su pasión por los niños ni su deseo de formar una familia. Ella creció junto a sus cuatro hermanos en Jerez de la Frontera y recuerda con cariño cómo, al ser la pequeña, tenía que alzar su voz en las discusiones domésticas para hacer valer su criterio. «El hecho de ser mujer, tener más de 30 años y querer ser madre penaliza en España porque muchas empresas no quieren contratar a mujeres fértiles», ha declarado.
Inés es muy metódica, una persona ordenada y con mucha fuerza. Atrae a sus seguidores y repele a sus adversarios; pero unos y otros reconocen su obcecación, meticulosidad y talento. De ella dicen sus allegados que «puede con todo». «Rompe techos de cristal. No le teme a ninguno», apuntan personas de su entorno, que le reconocen una capacidad de gestión y trabajo en equipo «inaudito».
Disciplinada y leal, no entraba en sus planes que Albert Rivera dimitiera pero, sorpresas te da la vida. Su meteórica carrera política hace que lo que fuera una joven promesa se haya convertido en tan sólo ocho años en una ‘lideresa’ sin disputa interna.
Su vida se concentra por el momento en Madrid, entre semana, y en Barcelona los fines de semana. Muchas de las visitas a Cataluña pasan por Ripoll, de donde es la familia de su marido y a donde viajan para estar con todos, incluido Suiti, un perro pincher que es la debilidad de la diputada. No hay que olvidar, además, que sus padres y parte de sus cuatro hermanos viven en Andalucía. Así que las visitas a su Jerez de la Frontera natal son también muy frecuentes.
La atracción de los polos opuestos
La historia de amor de Inés Arrimadas y Xavier Cima (41), su marido, no es diferente a cualquier otra, salvo por un detalle que define su talante: políticamente son polos opuestos.
La líder del Ciudadanos en el Congreso, fiel a la unidad de España; él, un convencido nacionalista. Un escollo que pocas parejas hubieran superado.
Su noviazgo con el exdiputado de Convergencia y declarado abiertamente independentista, generó un sinfín de titulares sobre el triunfo del amor sobre la ideología. Con el paso de los años, Cima fue relajando su postura hasta defender el peso de la ley ante el separatismo en varios mensajes en redes sociales. Y él al final dejó su carrera política. Todo el mundo pensó entonces en el poder de persuasión de su novia. En agosto de 2016 sellaron su amor con una boda en las Bodegas Luis Pérez de Jerez en una tradicional ceremonia.
Cuando Inés decidió dar el salto a la política nacional, su marido ya la esperaba en Madrid. El ex político se instaló en la capital en noviembre de 2018 para asumir su cargo de directivo en la consultora de Comunicación y Asuntos Públicos Kreab. Durante un tiempo el matrimonio vivió en la distancia, hasta que se anunció el salto de Inés a la Carrera de San Jerónimo. Abandonó en mayo el escaño en el Parlament y se instaló en Madrid.
Juntos empezaron una nueva vida, primero en un hotel cercano a las Cortes y ahora en un piso de alquiler en la misma zona. La líder naranja está de alquiler en los dos pisos que mantiene: uno en Madrid y otro en Barcelona, y posee uno de su propiedad en Andalucía. Se trata de una vivienda a su nombre en Cádiz, comprada en 2017, tal y como aparece en la declaración de bienes del Congreso.
La noticia del embarazo se hizo pública mientras Xavier se hallaba en EE.UU. tras ser uno de los elegidos por la Fundación German Marshall para disfrutar de una beca que permite conocer a fondo los engranajes políticos del país y reforzar el vínculo con Europa. El programa Marshall Memorial Fellowship se prolonga seis meses, con videoconferencias y trabajos que se realizan desde España.
Pero durante tres semanas se trasladan a EE.UU. y recorren Washington, Pittsburgh, Dallas, Miami para finalmente recalar en Nueva York. El embarazo de su mujer y su papel preponderante en política fueron motivos suficientes para que Cima decidiera reducir a un mes su beca en Estados Unidos.
Tanto Arrimadas como Cima valoran su vida privada y son discretos, aunque nunca han ocultado su relación.
Felicitaciones de cumpleaños en las redes sociales (sin nombre), acudir juntos a bodas de compañeros como la de Fernando de Páramo, de Ciudadanos. Y vivir con pasión los goles del Barça. Porque Arrimadas y Cima no tendrán nada en común en lo que se refiere a política, pero en el fútbol lo tienen claro: su corazón es blaugrana.
Abogada, hija y hermana de abogados
Inés Arrimadas es la menor de los cinco hijos (tres varones y dos mujeres) del matrimonio compuesto por Rufino Arrimadas e Inés García, ambos oriundos del pueblo de Salmoral, en la provincia de Salamanca. Durante los años sesenta la familia vivió cerca de la plaza de Tetuán en Barcelona, donde el padre había conseguido un puesto en la Policía y en un bufete de abogados, además de nacer el primero de sus vástagos. En 1970 se mudaron a Jerez de la Frontera. Allí Rufino abrió su propio despacho de abogados en la calle Descalzos, además de ostentar el puesto de concejal por la UCD entre 1979 y 1983. Inés estudió en el colegio religioso Nuestra Señora del Pilar de Jerez, donde también recibió clases de teatro. Soñaba entonces con ser arqueóloga y mostraba gran interés por la cultura catalana, ya que había vivido en Barcelona con sus padres, hasta el punto de recibir clases de catalán por parte de una compañera del colegio.
Con una mochila de trotamundos (nació en Jerez de la Frontera, estudió Derecho y Empresariales en Sevilla, hizo un Erasmus en Niza, se mudó a Barcelona y ahora trabaja en Madrid), practicó catalán entonando el himno del Barça y combatió su timidez convirtiéndose en un azote del independentismo. Tras licenciarse a los 24 años, trabajó durante año y medio como responsable del departamento de calidad y administración de la empresa MAT de servicios industriales en el sector petroquímico. Durante seis años ejerció como consultora de operaciones y estrategia en la firma D’Aleph, con sede en Barcelona. Y allí empezó su carrera política. En 2010 asistió con una amiga a un acto de Ciudadanos en el Teatro Romea y al año siguiente ingresó en el partido como portavoz de juventud. Allí desempeñó distintas labores hasta convertirse en la candidata a la Presidencia de la Generalitat de Cataluña por Ciudadanos en diciembre de 2017, y en febrero de 2019 anunció su salto a la política nacional.
Llegó a la política por casualidad, pero se convirtió en un torbellino que dinamitó los códigos. Porque ella no se arredra cuando los independentistas catalanes arremeten contra ella. «¡Fascista!», «¡Facha!», «¡Fuera de aquí!» han sido algunos de los insultos y gritos que ha recibido Arrimadas, pero ella sin inmutarse ha contestado que quienes le insultan «gritan más, porque saben que tienen la protección del Govern de la Generalitat», que quienes se le acercan para agradecerle su trabajo.
Fan de Camilo Sesto y Rosalía
Defensora de los derechos de la mujer, se define como feminista liberal. «Ha sufrido cuando la tildaban de títere de Albert Rivera porque nunca lo ha sido», sostiene un estrecho colaborador, que asegura que Inés «se hace fuerte con los ataques y no acepta lecciones de nadie». También le preocupa la igualdad de derechos del colectivo LGTB: «Hace solo 29 años que la Organización Mundial de la Salud quitó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Sigamos defendiendo la libertad, la igualdad y la diversidad para acabar con la LGTTBIfobia y cualquier tipo de discriminación por la orientación sexual, la identidad o la expresión de género», ha declarado.
Fuera de la política, Inés se confiesa seguidora de cantantes tan dispares como Camilo Sesto o Rosalía. Cuando murió el cantante de Alcoy, Arrimadas escribió en su Instagram: «¿Cuántas veces habremos cantado «Vivir así es morir de amor»? Canciones como esta forman parte de nuestra vida». Y a la catalana Rosalía la felicitaba por internet cuando ganó el premio MTV: «Mi enhorabuena a @rosalia.vt por hacer historia y ser la primera cantante española en ganar un MTV Video Music Award #VMAs. Su actuación tuvo como marco incomparable una gran portada de la Feria de Abril. ¡¡Esta mujer es puro arte!!». También admira a deportistas como Rafa Nadal, de quien ha alabado su afán de superación, su humildad y su constancia. «¡Un gran ejemplo para todos!».
Las mosqueteras de Arrimadas
La portavoz adjunta de Cs en el Parlament balear, Patricia Guasp, cree que Inés arrimadas sería «una candidata excelente» para suceder a Albert Rivera al frente del partido, puesto que la considera «el claro ejemplo de hacia dónde debe ir Ciudadanos en estos tiempos». Guasp ha valorado la «capacidad de liderazgo» y «empatía» de Arrimadas, entre otras virtudes, y ha apuntado que si tomara el relevo «sería la sucesión natural». En cualquier caso, la sucesión de Albert Rivera al frente de Ciudadanos no se resolverá antes de cuatro meses porque el congreso extraordinario donde se elegirá al nuevo presidente y a la nueva Ejecutiva no se celebrará antes del 10 de marzo. Hasta entonces, habrá una gestora que se ocupará de gestionar el partido en el día a día. Inés Arrimadas prepara minuciosamente su desembarco en la presidencia de Ciudadanos. La actual portavoz en el Congreso ya piensa en el equipo que la acompañará. Tiene varios nombres en su cabeza. La diferencia sustancial respecto a la Ejecutiva anterior sería un papel predominante de las mujeres en la toma de las decisiones estratégicas. Begoña Villacís, Patricia Reyes, Marta Rivera, Marta Martín, Marina Bravo y Lorena Roldán. Todas son «altamente cualificadas» para el relanzamiento.
Begoña Villacís, la vicealcaldesa de Madrid, es una de sus mejores amigas en el partido. Dispone de experiencia de gestión y es uno de los grandes rostros mediáticos. La canaria Patricia Reyes es una de las mandatarias de Ciudadanos que mejor conoce el Congreso. Además ha sido la voz que ha enarbolado el «feminismo liberal», la «gestación subrogada» y los derechos del colectivo LGTBI. Marta Rivera de la Cruz, también amiga personal de Inés Arrimadas, era diputada en el Congreso hasta que fue nombrada consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid. La escritora, además, conoce el partido por dentro, en el que milita desde hace años. Lorena Roldán compartió con Inés Arrimadas en el Parlament algunos de los momentos más duros del procés. Ha sido su sucesora en la Cámara catalana y mantiene un contacto permanente con Arrimadas. Marta Martín, diputada por Alicante, formó parte en los inicios del núcleo duro de Albert Rivera. Jugó un papel importante en la negociación del Pacto del Abrazo con el PSOE. En los últimos años, ha encabezado en el parlamento los asuntos relacionados con la Educación. Y Marina Bravo es ingeniera de Caminos. Secretaria de Programas en Cataluña, donde trabó amistad con Arrimadas, también formaba parte de la última Ejecutiva nacional.
Si Albert Rivera puede decir «basta» y abandonar la política para dedicar más a tiempo a sus seres queridos, Inés Arrimadas no tiene por qué ser menos. Por tanto, cualquier decisión que tome será comprendida por todos.