No hay que cantar victoria porque difícilmente estaríamos ante un tratamiento que pueda estandarizarse. Un tercio de las personas a las que se les hace un transplante de médula muere
Un hombre de 42 años con VIH y que había desarrollado una leucemia fue tratado para esta última con un transplante de médula de un donante que, al parecer, tenía una mutación natural que lo hace inmune al VIH.
Desde que el paciente fue transplantado hace dos años ya no se le detecta el VIH en la sangre y dejó de tomar antiretrovirales. El caso se ha publicado en The New England Journal of Medicine.
EXPERIMENTO
El paciente es un norteamericano tratado en Alemania y, aunque con el transplante lo que se pretendía era curar la leucemia y no el VIH, los médicos escogieron deliberadamente un donante compatible con la mutación genética que da inmunidad natural al VIH.
Parece ser que el VIH utiliza la molécula CCR5 para unirse a las células sanguíneas, de manera que los que no poseen la molécula CCR5 son inmunes a la enfermedad porque esta no puede reproducirse, mientras que los que heredan la mutación CCR5 delta32 tardan más en enfermar y desarrollar la enfermedad.
La mutación, conocida como CCR5 delta32, la poseen algo más del 1% de los europeos y sus descendientes.
NO ES UN TRATAMIENTO
Pero no hay que cantar victoria porque difícilmente estaríamos ante un tratamiento que pueda estandarizarse. Un tercio de las personas a las que se les hace un transplante de médula muere, así que no es razonable correr un riesgo tan alto.
Además los médicos no creen que el paciente esté realmente curado del todo, el VIH todavía puede infectar otras células.
Todavía no tienen una explicación clara de por qué el virus sigue indetectable.
Claramente esta no es la solución para curar el Sida pero ha abierto la puerta a una nueva investigación en la que los médicos pueden plantearse nuevas formas de acabar con la enfermedad.