Sida. Los recortes en las ayudas «condenan a muerte» a millones de personas con sida, advierte Médicos Sin Fronteras

Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado que el recorte de financiación de las principales instituciones internacionales en la lucha contra el sida amenaza los avances logrados contra esta enfermedad en la última década.

Así lo asegura MSF en su informe «No es momento de rendirse: crisis en la financiación de la lucha contra el sida en África», hecho público con motivo de la Conferencia Internacional de Sida que se celebra en Viena (Austria) desde hoy hasta el 23 de julio.

El estudio analiza la situación de la lucha contra el sida en ocho países del África subsahariana: Malaui, Mozambique, Zimbabue, Sudáfrica, Lesotho, Kenia, Uganda y República Democrática del Congo.

Según la presidenta de MSF España, Paula Farias, en la última década se habían producido «avances muy notables» en la lucha contra el sida por los compromisos internacionales de financiación, la simplificación y reducción del precio de los tratamientos y a que muchos enfermos se hacen la prueba del VIH/sida «cuando antes eran reticentes a ello».

Farias indica que cerca de nueve millones de personas necesitan tratamiento urgente contra el sida, de las cuales unos 4,5 millones de personas requerían de asistencia con antirretrovirales a finales de 2008.

Para MSF, la congelación o reducción de las aportaciones de organismos como el Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para la Lucha contra el Sida (Pepfar, según sus siglas en inglés), el Banco Mundial, el Fondo Internacional para la Compra de Medicamentos (Unitaid) y el Fondo Mundial para la Lucha contra el Sida pone en riesgo la vida de muchos enfermos.

�CONDENA A MUERTE�

Este panorama, según Médicos Sin Fronteras, supone «una condena a muerte para millones de personas» y «se empieza a considerar el sida como una emergencia».

Esta reducción de la financiación, según el informe de MSF, ya está teniendo consecuencias en numerosos programas de tratamiento, que están frenando la incorporación de nuevos pacientes y para los que el suministro de fármacos antirretrovirales está amenazado a medio y largo plazo.

Según Ana Zaratiegui, coordinadora médica de MSF, Malaui redujo la mortalidad del sida en un 37% entre 2000 y 2007, lo que supuso un aumento en la calidad de vida de estas personas, menos bebés nacidos con VHI, una reducción en la carga de trabajo de los centros sanitarios y más atención en otros servicios de salud.

Sin embargo, la ONG advierte de que la reducción de la financiación internacional va a provocar más limitaciones al acceso de tratamientos, un aumento de la mortalidad; el incremento de enfermedades relacionadas, como la tuberculosis, o que en los centros sanitarios no se admitan a enfermos salvo en los casos muy graves.

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