Expertos apuntan que el origen de ciertas patologías puede estar en la vacunación infantil

El número de invierno de la revista «Agenda Viva», de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente (FFRF), recoge la reflexión de varios expertos sobre la seguridad y conveniencia de las vacunaciones sistemáticas, según informó hoy la FFRF a través de un comunicado.

Mientras unos aseguran que «el origen de ciertas patologías puede estar en la vacunación infantil», otros defienden que «hay pocos productos que estén sometidos a una vigilancia tan rigurosa» y que las campañas de vacunación «constituyen una de las herramientas preventivas más beneficiosas en salud pública».

La doctora en Medicina y especialista universitaria en vacunas María José Cilleruelo afirma que hasta el momento «ninguno de los supuestos efectos secundarios de las vacunas ha sido demostrado de forma científica». No obstante, informa de que ya que «las vacunas no están exentas de reacciones adversas, las consideraciones sobre su seguridad se evalúan con gran rigor científico y las decisiones sobre su administración a la población se basan en un conocimiento muy preciso del beneficio-riesgo».

Apoyando esta idea, el doctor en Medicina y consultor internacional de la Organización Panamericana de la Salud Francisco Giménez afirma que aunque como cualquier fármaco las vacunas pueden producir efectos contrarios, «la seguridad rige el largo camino que siguen las vacunas desde su diseño hasta su autorización», y defiende que el balance entre beneficios y riesgos es positivo, ya que «son la intervención en salud pública que más vidas salva en el mundo, a excepción de la potabilización del agua».

Sin embargo, el presidente de la Liga por la Libertad de Vacunación y secretario general del Fórum Europeo para la Vigilancia de las Vacunas, Xavier Uriarte i Llorente, denuncia que los servicios de farmacovigilancia de las diferentes autonomías españolas «sólo declaran el 1% de los efectos adversos relacionados con los productos farmacéuticos» y que las vacunas producen problemas neurológicos, alérgicos, autoinmunes e infecciones.

Añade que estas lesiones posvacunales son desencadenadas por la composición tóxica de las vacunas. «Aunque éstas han sido las salvadoras de nuestras epidemias infecciosas, el paso de una cultura insuficiente en calorías a otra claramente suficiente ha constituido un escalón básico para que las comunidades que morían por las infecciones hayan recuperado su capacidad de respuesta y su resistencia inmunitaria», concluye.

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