Alrededor de medio millón de españoles padecen glaucoma, aunque la mitad de ellos lo desconoce por tratarse de una enfermedad sin apenas síntomas en las primeras fases, según afirma Gema Rebolleda, directora de la Unidad de Glaucoma de la Clínica Baviera.
En vísperas del Día Mundial del Glaucoma, que se celebra mañana, 12 de marzo, la doctora Rebolleda recuerda que esta enfermedad es la segunda causa de ceguera en el mundo occidental y que en todo el planeta ha privado ya de la visión a más de 45 millones de personas.
El glaucoma es una enfermedad ocular que se caracteriza por la pérdida de visión como consecuencia de un daño en el nervio óptico, que se lesiona progresivamente y pierde fibras nerviosas «de manera irreversible».
Según los oftalmólogos, es un problema lento, que no causa dolor ni ofrece síntomas de pérdida de visión a quien lo padece y que resulta muy difícil de detectar hasta que ya se encuentra en una fase avanzada.
Emanuel Barberá, oftalmólogo de USP Hospital Oftalmológico Santa Teresa apunta que hay factores genéticos que predisponen a padecer la enfermedad y que por eso «es importante, si hay antecedentes familiares, realizarse revisiones periódicas para una detección precoz» que pueda frenar su evolución».
Entre estos factores figuran la edad avanzada, la presión intraocular ligeramente elevada como fase previa, enfermedades crónicas como la diabetes, miopía elevada o tratamientos duraderos a base de cortisona, entre otros.
Por este motivo, Rebolleda subraya que aunque no existe cura, sí se puede frenar la progresión del glaucoma deteniendo el deterioro progresivo del nervio óptico y la pérdida de campo visual, mediante la reducción y el control de la presión intraocular.
