Los avances terapéuticos hacen posible curar al 80% de las leucemias linfoblásticas infantiles y linfomas de Hodgkin

La Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) destaca como en los últimos años el panorama con que se encuentra un paciente afectado por un tumor hematológico «ha mejorado notablemente», hasta el punto de que más del 80 por ciento de las leucemias linfoblásticas infantiles y de los linfomas de Hodgkin se curan.

Así lo ha asegurado el jefe del Servicio de Hematología del Hospital Morales Meseguer de Murcia, Vicente Vicente, coincidiendo con el Día Mundial del Cáncer celebrado recientemente que destaca que muchas de las hemopatías malignas suelen manifestarse por alteraciones analíticas no muy complejas, que a su vez pueden ir acompañadas de cuadros clínicos tales como adenopatías, hemorragias o infecciones severas.

Aunque no hay un tratamiento estándar para todas ellas, una primera fase suele implicar la aplicación de quimioterapia, a veces acompañada de radioterapia.

En caso de tener que continuar, «el trasplante de progenitores hematopoyéticos ha tenido un desarrollo espectacular, consiguiendo un número de curaciones que era impensable no hace mucho», apunta el doctor Vicente.

«Posiblemente, los hematólogos hayamos sido los primeros en familiarizarnos con el uso de la bioterapia, los anticuerpos monoclonales contra dianas tumorales concretas, los inhibidores enzimáticos específicos, los agentes quimioterápicos combinados y el trasplante de progenitores hematopoyéticos», añade.

De hecho, a su juicio, una ventaja de la Hematología en el abordaje del cáncer es la accesibilidad en la toma de la muestra de sangre o el acceso a la médula ósea, frente a la biopsia del tumor sólido que requieren los oncólogos.

Además, según ha reconocido, los hematólogos han «avanzado enormemente en el desarrollo de herramientas biológicas que sientan pronóstico o definen la enfermedad mínima residual, situación que todavía no se ha alcanzado fuera de las neoplasias hematológicas».

Con respecto a las causas de las hemopatías malignas, «queda mucho por desvelar en la mayor parte de ellas», aunque ya se sabe la relación con determinados virus, como el de Epstein Bar o el de la leucemia-linfoma T, o el efecto de determinados tóxicos.

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