El equipo del cirujano Pedro Cavadas ha logrado reimplantar los dos pies a un niño de 10 años que sufrió un accidente de tráfico que le produjo «lesiones catastróficas» en los miembros inferiores y que podrá volver a caminar sin ayuda en seis meses.
El menor, David, sufrió el pasado 15 de junio un accidente de tráfico en la autopista AP-7, a la altura del municipio castellonense de Benicarló, al salirse de la carretera la furgoneta en la que viajaba. En un primer momento, fue llevado en helicóptero hasta el Hospital La Fe de Valencia.
Posteriormente, al haber sufrido «heridas catastróficas» en ambas piernas, se decidió su traslado al Hospital de Manises, que cuenta con un Centro de Traumatismos de Alta Energía y donde, tras una intervención que duró seis horas y media, se practicó un reimplante secuencial de ambos miembros.
Cavadas ha asegurado esta tarde a los periodistas que se trata de un caso «inhabitual, por ser una amputación de ambas piernas a la altura de los tobillos y porque la mayoría de equipos quirúrgicos suele cerrar directamente el muñón y poner una prótesis, en lugar de realizar un reimplante». La madre del menor, Maritrini Jiménez, ha agradecido la intervención practicada por el cirujano valenciano, de quien ha dicho que tiene unas «manos divinas», y ha explicado que David le ha dicho que cuando sea mayor «quiere ser como Cavadas».
La familia de David reside en la provincia de Granada aunque la madre ha alquilado un piso en Valencia, donde estará mientras el niño hace la rehabilitación y hasta que reciba el alta y «salga andando por su propio pie». «Si es necesario quedarme uno, dos o tres años, por mi hijo hago lo que haga falta». «Ha sido un golpe muy fuerte para un niño de 10 años. El doctor Cavadas me ha dado confianza y me ha dicho que va a poder andar. Eso es un alivio para una madre», ha asegurado Maritrini Jiménez, quien muy emocionada ha dicho que toda su familia «estará eternamente agradecida» al cirujano.
Caminar sin ayuda
David, según su madre, «era hiperactivo y verlo en la cama cada día me derrumba más, pero tengo que sacar fuerza de donde no la tengo. Es un niño muy enmadrado y aunque tenga un gran cuerpo tiene mentalidad de niño». El cirujano ha explicado que el niño evoluciona bien aunque habrá que hacerle nuevas cirugías, alargando la tibia de una de las piernas y esperar a que el esqueleto se consolide para que pueda cargar peso. En unos seis meses podría estar caminando sin ayuda.
«El paciente perderá movimiento en el tobillo porque ha perdido una de las articulaciones, pero le quedan las suficientes», ha señalado Pedro Cavadas, quien ha agregado que el resultado «no se tiene que comparar con una pierna normal, sino con la alternativa, que es llevar una prótesis toda la vida».
Según Cavadas, la colocación de prótesis «es mucho más cara para la sociedad y la calidad de vida del paciente es mucho peor porque también es peor el resultado», aunque para poder practicar un reimplante, cuyo resultado es «muy superior», hace falta «un equipo con miles de horas de vuelo».
También ha destacado que los niños suelen evolucionar mucho mejor que los adultos de cualquier herida o traumatismo: «Cuanto más pequeño, mejor cura aunque también es más complicado el manejo desde el punto de vista anestésico».