“Los españoles tienen que esperar 24 días más respecto a hace un año para someterse a una intervención quirúrgica no urgente en el Sistema Nacional de Salud (SNS)”.
De esta forma tan rotunda arrancaba la noticia publicada por The Huffington Post sobre el aumento del tiempo de espera en la sanidad pública.
Como explica Gillermo Rodríguez en un reportaje titulado «En la sanidad pública no todos son iguales», esa frase contenía un error: no todos los españoles tienen que esperar cien días para una intervención urgente.
Los hay que, incluso, disfrutan del privilegio de decidir el día, la hora y el centro al que acudir.
“Estamos acostumbrados a que vengan infinidad de políticos de todos los partidos, personalidades de las finanzas, cantantes, todo tipo de famosos…”, reconoce una fuente del madrileño Hospital de la Paz que prefiere no dar su nombre.
Siempre que una de estas personas del grupo de los ‘elegidos‘ acude al centro, el comportamiento dista mucho del habitual: «Bien porque hay que tomar medidas adicionales de seguridad, bien porque el trato es distinto».
Muchas de las medidas que se adoptan son lógicas, como la seguridad (“no vas a poner al presidente del Gobierno en una sala de espera con 30 pacientes alrededor”), pero hay otra “parafernalia” que se sale de lo normal. Por ejemplo “ascensores que se bloquean durante horas”.
Estas personas no conoce colas ni listas de espera. Menos aún el término “pedir cita”:
“No, jamás piden cita, es que ni se plantea. Son ellos los que determinan el día, la hora, todo”.
NOTA.- Leer artículo original en The Huffington Post