La Comunidad de Madrid, sin embargo, niega esas contrataciones eventuales con el objetivo de cubrir las bajas de los que se niegan a atender por miedo al contagio
«Cuando tratamos al primer paciente [Miguel Pajares] fuimos todos los que trabajamos».
En total, el sacerdote estuvo atendido por una docena de personas, pero la situación ha cambiado con Teresa Romero: sólo siete personas cuidan de la primera infectada de ébola fuera de África y del resto de posibles contagiados, seis personas aún en observación.
«Ahora estamos tres enfermeros y cuatro auxiliares, cuando el primer día que se trabajó éramos seis enfermeros y seis auxiliares para un solo paciente. Ahora tenemos más pacientes y menos personal»,
cuenta el enfermero y delegado sindical de la CSI-F en el Hospital Carlos III-La Paz, Manuel Torres.
La información la proporciona ‘El Economista‘, que da cuenta además que tras la muerte de Pajares se acordó que sólo los voluntarios atendieran este tipo de casos. «Y ya no somos tantos», afirma, señalando a la falta de equipo y de formación como posibles factores influyentes.
BOLSA DE EMPLEO
Por ello, se ha comenzado a activar «la bolsa de empleo. También ha disminuido la cantidad de personal; se desmanteló y evidentemente cada vez tenemos menos gente para trabajar. Para el primer paciente nos ayudó los compañeros de la UVI de La Paz, en este caso los únicos que vienen son los médicos de intensivo, pero el personal de enfermería de La Paz, por ahora, no ha venido. Se ha tirado de la bolsa de enfermería para contratar para este periodo por la falta de personal», asegura.
La Comunidad de Madrid, sin embargo, niega esas contrataciones eventuales con el objetivo de cubrir las bajas de los que se niegan a atender por miedo al contagio:
«Siempre y cuando se cumplan las condiciones de protocolo, hay obligación de auxilio. No nos consta ningún caso hasta este jueves por la mañana».
Pero sí ha habido contrataciones eventuales. «¿Van a estar preparado para esto? ¡Si muchos han terminado la carrera en junio!», se quejaba otra profesional en Público.
En esta misma línea, la secretaria del sindicato de Auxiliares de Enfermería (SAE), Elvira González, confirma que se están produciendo renuncias del personal, por lo que la administración está recurriendo a la bolsa de trabajo y a la lista del paro para tratar de hallar sustitutos.
Esta bolsa que funciona en la Comunidad de Madrid tiene dos partes, una que depende de Sagasta (donde se ubica la Consejería) para contratos de larga duración y otra gestionada por los propios hospitales, para los puestos de corta.
Las condiciones están claras: si renuncias por una causa no justificada, tienes una penalización. ¿Pero es el ébola una causa suficiente? «Sabemos que están intentando contratar gente; han recibido muchos noes y algunos síes», cuentan los sindicatos sanitarios.
NO DA ABASTO
El Carlos III-La Paz no da abasto. Según ha podido saber EcoDiario.es, para cubrir esas vacantes de estos trabajadores, el hospital ha llegado a ofrecer empleos a personal sanitario recién licenciado. Es el caso seis enfermeras que se incorporaban esta misma mañana al equipo, hasta el próximo día 21 de octubre.
A algunas les dijeron que no tendrían ningún tipo de contacto con el ébola. No obstante, esta mañana se enteraban por un responsable del centro que desempeñarían su labor en la planta quinta, la usada para cuarentena por riesgo de ébola.
Cuando preguntaron por el protocolo de seguridad necesario, el responsable les dijo que con guantes, una bata y una mascarilla de papel era suficiente, lo normal para casos de aislamiento de contacto.
La mayoría ha rechazado el puesto y temen que las penalicen, dado que tampoco tienen puntos en su carrera profesional. Por ello, estos recién licenciados se quejan de las mentiras a la hora de ofrecerles dichos trabajos y de la poca seriedad demostrada.
