El alcohol y el tabaco son los principales factores de riesgo de presentar cánceres de cabeza y cuello. Todos los productos derivados del tabaco, como los cigarrillos, los cigarros, las pipas y el tabaco sin humo (tabaco para mascar, inhalar o un tipo de tabaco masticable llamado «betel quid») están asociados a los cánceres de cabeza y cuello (excepto el cáncer de las glándulas salivales). El consumo de cualquier tipo de bebida alcohólica, tal como la cerveza, el vino o el licor fuerte, también aumenta el riesgo de presentar cánceres de boca, garganta y laringe.
El 70 % de los casos de cáncer en la orofaringe (que incluye las amígdalas, el paladar blando y la base de la boca) se asocia al virus del papiloma humano (VPH), que es un virus común de transmisión sexual.
Una de las causas principales del cáncer en los labios es la exposición a la luz ultravioleta (UV), tal como ocurre con los rayos del sol o los rayos UV artificiales de las camas solares.
Las exposiciones ocupacionales, que ocurren al estar expuesto a ciertas sustancias en el trabajo, pueden aumentar el riesgo de cáncer en la nasofaringe. Trabajar en la industria textil, cerámica, maderera, alimenticia y de la construcción puede exponer a las personas a sustancias tales como el aserrín, el formaldehído, los asbestos, el níquel y otras sustancias químicas.
La infección provocada por el virus de Epstein-Barr, que es una de las causas de la mononucleosis infecciosa y de otras enfermedades, puede aumentar el riesgo de presentar cáncer en la nariz, detrás de la nariz y en las glándulas salivales.
Los tratamientos de radiación en la cabeza y el cuello pueden causar cánceres de cabeza y cuello.
El cáncer de cabeza y cuello se presenta dos veces más en los hombres que en las mujeres. Es más probable que sea diagnosticado en personas mayores de 50 años.
Fuente: CDC