Si siente que no entiende a su hijo adolescente, no tema: la ciencia tampoco. Pubertad, adolescencia y adultez se entrelazan y confunden en una época de cambios físicos, neuronales y sociales de los que todavía queda mucho por aprender. Sus misterios se mantienen a pesar de que una de cada cuatro personas del planeta tiene entre 10 y 24 años, proporción que bate un récord histórico. Por eso la revista Nature publica hoy un número especial que subraya, a lo largo de una decena de artículos, la importancia de comprender a la siguiente generación e invertir en ella.
«La adolescencia es un período en el que las inversiones en salud, educación y bienestar pueden amortizarse durante el resto de la vida», explica a Sinc el investigador de la Universidad de Oregón (EE UU) y coautor de uno de los trabajos, Nicholas Allen. «Para invertir en ellos con eficacia necesitamos aplicar todo lo que los científicos saben sobre el cerebro y el comportamiento adolescente». Pero no es tan fácil.
Todo comienza con la pubertad -sobre los diez años en el caso de las chicas y los doce años para los chicos-, una serie de procesos biológicos que desembocan en la madurez sexual. La adolescencia es la construcción sociocultural de esa transición, durante la que se producen cambios en las relaciones, roles y responsabilidades. ¿Cuándo termina esta pesadilla? Eso es más difícil de definir, aunque la sociedad establezca una edad adulta por motivos prácticos que varía entre países.
Fuente: SINC/Leer más