Salud

Descubren que la esencia de la vida es cuidar

Descubren que la esencia de la vida es cuidar
Hombre y bebé SINC

El pasado 30 de enero conocimos los últimos datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social sobre prestaciones por maternidad o paternidad y excedencias por cuidado familiar correspondientes a 2017. Hay algunos datos destacables:

1) En 2017, el Instituto Nacional de la Seguridad Social gestionó 268.328 prestaciones por maternidad, un 3,6% menos que en 2016. La tendencia al alza de los permisos de maternidad y paternidad se vio truncada en 2008 por el descenso de nacimientos, sin duda, pero también por el desempleo y la precariedad laboral desde el inicio de la crisis -cada vez menos empleo formal y más contratos temporales-.

2) La buena noticia es que, aunque continúe bajando la natalidad, el número de permisos de paternidad solicitados ha pasado de 245.597 en 2016 a 264.632 en 2017. 173.161 hombres se acogieron al permiso de paternidad cuando se aprobó en 2007. Tan solo un año después, lo hicieron 279.756 hombres, lo que supuso un incremento espectacular del 61%. Coincidiendo con la extensión del permiso de paternidad a partir del 1 de enero de 2017, el incremento de este último año (+7,2%) es también superior al de los últimos tres años (en torno al 2%). ¿Significa esto que los hombres quieren cuidar más y que el cuidado de las criaturas está cambiando favorablemente en nuestro país hacia un reparto más equitativo?

Obstáculos a la parentalidad compartida

Tras el nacimiento de un bebé, las mujeres tienen derecho a 16 semanas de permiso de maternidad. Por el contrario, desde que se introdujo el permiso de paternidad, su duración ha sido de dos semanas ya que su ampliación progresiva a cuatro semanas, propuesta en la Ley de Igualdad de 2007, se vio aplazada sine die con la crisis hasta el 1 de enero de 2017.

A cuidar se aprende con práctica y dedicación, pero los permisos no ofrecen a madres y padres las mismas posibilidades de aprender a cuidar de una criatura

Aquí encontramos un ejemplo claro de asimetría de género en las escasas y poco generosas políticas públicas de nuestro país: no se trata por igual a mujeres y hombres y, por lo tanto, no se aprovecha el capital humano y el capital cuidador de ambos progenitores. Es decir, los permisos de maternidad y paternidad no ofrecen a madres y padres las mismas posibilidades de aprender a cuidar de una criatura desde los primeros meses de vida.

Cuidar es una competencia que se adquiere a través de la práctica y la dedicación y, por lo tanto, estos permisos son cruciales. Una investigación cualitativa reciente evidencia que para muchos padres este breve periodo de tiempo les permite tan solo hacer algunas gestiones administrativas y ‘ayudar’ a las madres con las tareas domésticas mientras ellas se recuperan del parto y afianzan la alimentación del bebé.

Para poder cuidar por igual, los permisos deberían ser de igual duración para mujeres y hombres, intransferibles y remunerados al 100%. Esto permitiría que los hombres se responsabilizaran del cuidado y se encargaran también de su gestión y control, no solo de la ejecución, sobre todo si cuidan solos de su bebé después de la finalización del permiso de maternidad, leer más en SINC.

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