El presidente de la Asociación Malagueña de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Amalajer), Francisco Abad, ha adviertido de que cada vez son más los jóvenes universitarios, con edades comprendidas entre los 20 y los 25 años, que acuden a esta entidad para tratar sus problemas con la ludopatía. Asimismo, ha incidido en el aumento de adicciones derivadas de la crisis económica, como las compras compulsivas.
Abad hizo hincapié en que, con 264 personas en tratamiento en esta organización, la franja de edad comprendida entre los 20 y los 25 años es la que aglutina más casos. Este perfil correspondería mayoritariamente a hombres, solteros y sin pareja y universitarios o licenciados.
De igual modo, destacó que el número de mujeres tratadas también va en aumento. Así, si en años anteriores representaban entre un tres y un siete por ciento, este año suponen el 20 por ciento del total. «Aunque si bien antes el perfil de la mujer era el de una ama de casa, ahora se ha producido un incremento de chicas jóvenes», explica.
Declaró a Europa Press que en la asociación se tratan alrededor de 160 personas más cada año; además, unas 400 se acercan anualmente a la organización para pedir asesoramiento. Al respecto, apuntó que los meses en los que se hacen campañas o Amalajer está más presente en los medios es el momento en que aumentan estos demandantes de información.
Con respecto a quiénes piden la ayuda, Abad aseguró que en el caso de los hombres son sus padres, casi siempre las madres. Sin embargo, en lo que se refiere a las mujeres, suelen ser las propias afectadas y normalmente no están tan apoyadas por su familia como en el caso de los varones.
Los problemas de ambos sexos están relacionados, la mayoría de las veces, con la adicción a las máquinas tragaperras, el bingo, las loterías y las apuestas ‘on line’.
TRATAMIENTO
Indicó que para que una persona pueda ser tratada, lo primero que tiene que hacer es acercarse a Amalajer. Allí, un trabajador social creará una ficha social y un psicólogo deberá hacer un diagnóstico.
Según el diagnóstico, se le pondrá un tratamiento concreto, que incluye terapias individuales y en grupo, dependiendo siempre del perfil de la persona tratada. La duración también va en función del individuo, ya que unos necesitan más ayuda que otros, aunque, en general, suele durar unos dos años.
«Durante esos dos años tenemos que enseñarles a no volver a jugar nunca más. Es un tratamiento repetitivo en el que tenemos que hacerles ver su problema y convencerles de que todo les irá mal si vuelven a caer en el juego», expresa.
Junto a ello, Abad alertó también de que con la crisis económica han aumentado el juego patológico y otros trastornos, como el consumo de alcohol y otras sustancias.
COMPRAS COMPULSIVAS
Los problemas por el descontrol de gastos, que en la mayoría de los casos está relacionado con las compras compulsivas, ha incrementado considerablemente a raíz de la crisis económica.
Según explicó, muchas personas quieren seguir manteniendo su nivel de vida pese a que se encuentran en paro o reciben menos ingresos. «Esto les lleva a que tiren de la tarjeta de crédito y no puedan hacer frente a otros pagos, lo que también trae como consecuencia que vengan a pedir ayuda antes», indica.
Asimismo, denunció la falta de información sobre los juegos ‘online’, que carecen de sistema que los regule y que calificó como «timos». «En ellos, las personas no pueden protegerse ni autoprohibirse», concluye.
