En torno a los 18 años se da por finalizado el crecimiento, por lo que llegar a la veintena supone poder realizar algunos tipos de operaciones, concretamente, de remodelación de pecho.
En el caso del aumento, la cirugía permite mejorar el tamaño y la forma de los pechos, ya sea por una falta de desarrollo de las mamas o por una disminución del volumen por un cambio brusco de peso, tras un embarazo o para corregir asimetrías, según recoge Elle.
Respecto a la reducción, el remodelado consiste en la extirpación de piel, tejido mamario y tejido graso, obteniendo una mama más ligera y firme.
«Esta cirugía ayuda aliviando los problemas como el dolor de espalda, de cuello o la irritación cutánea y al mismo tiempo consigue aumentar la autoestima de las pacientes», afirma el doctor Juárez.