Enfermedades de la A a la Z

Este nuevo mecanismo molecular abre una vía para tratar el Síndrome de Papillon Lefévre

Este nuevo mecanismo molecular abre una vía para tratar el Síndrome de Papillon Lefévre
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El Síndrome de Papillon Lefévre es una enfermedad rara de muy baja prevalencia, que afecta a una persona de cada un millón. Se caracteriza por una grave periodontitis y una gran escamación de la piel, localizada sobre todo en las palmas de las manos y plantas de los pies, así como alta susceptibilidad a infecciones. Esta enfermedad es hereditaria, y se produce por una mutación en una enzima denominada Catepsina C, pero se desconoce su mecanismo molecular.

Un estudio liderado por la Universidad de Granada (UGR), en el que también han participado científicos de la Universidad de Sevilla, Pablo de Olavide y La Marche de Ancona (Italia), ha desvelado el mecanismo molecular a través del cual un proceso de ‘limpieza’ que se produce en el interior de la célula, denominada autofagia, está bloqueado en las células de los pacientes con Síndrome de Papillon Lefévre. Los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista Journal of Allergy and Clinical Immunology.

Paralelamente, otras catepsinas (un tipo de proteínas) de la misma familia que la catepsina mutada, se sobreexpresan para compensar la deficiencia de manera exagerada, liberándose de los orgánulos que lo contienen, los lisosomas, y provocando la activación de rutas inflamatorias y estrés oxidativo. Esto se conoce como disfunción autofágica y permeabilización lisosomal.

Tras el tratamiento de las células de los pacientes se ha podido regular los procesos enzimáticos alterados

Tratamiento experimental

Dado que en la actualidad no existe ningún tratamiento efectivo para estos pacientes, los investigadores han generado una catepsina C recombinante en células de insecto (concretamente, Spodoptera frugiperda, una especie de oruga) cuyos extractos han mostrado un alto porcentaje de actividad enzimática.

«Tras el tratamiento de las células de los pacientes con la enzima, hemos recuperado las alteraciones observadas, activando la limpieza celular (autofagia), el crecimiento celular, disminuyendo la inflamación y la permeabilización lisosomal, es decir, regulando los procesos enzimáticos alterados», apunta el autor principal de este trabajo, Mario D. Cordero Morales, del departamento de Fisiología de la UGR, leer más en SINC.

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