Mirar bien las fórmulas
Para mantener nuestro pelo y cuero cabelludo alejado de estos posibles efectos indeseados no hace falta llegar al extremo del No Poo, una corriente que se puso de moda hace relativamente poco tiempo y que consistía en renunciar a estos productos, sustituyéndolos solo por agua y, en todo caso, ingredientes como el bicarbonato, la piel o los aceites esenciales. La solución pasa por mirar bien las fórmulas de los champús que nos llevamos a casa. Y, ante la duda, optar siempre por los neutros y suaves. Estos son algunos de los más ‘ligeros’:
1. Más fuerte. El tepezcohuite es el ingrediente principal del champú Regenerador de Armonía. Para reforzar la regeneración del folículo capilar, lleva romero, rico en vitaminas y oligoelementos que hacen que crezca más rápido, y ginseng, beneficioso para la circulación, según recoge elconfidencial.
2. Sin espuma. Es lo primero que llama la atención al utilizar el champú Polinesia de Nuggela & Sule, ya que no lleva sulfatos. También está libre de siliconas, parabenos y de sal. Por el contrario, lleva keratina, colágeno, vitaminas, ácido hialurónico y extracto de cebolla, encargada de limpiar el pelo.
3. Fuera lágrimas. Mi Rebotica también ha apostado por el extracto de cebolla como agente limpiador para su champú sin sulfatos. Por cierto, tiene un aroma de cereza de lo más goloso.
4. Ultrasuave. La Lait Lavant à la Banane, de Leonor Greyl, está libre de siliconas y parabenos. Forma una espuma muy suave al emulsionarla y está especialmente indicada para el pelo fino, el que tiende a grasa o para quienes buscan lavarse el cabello a diario.
5. Como los de antes. Las fórmulas de Los Jabones de Mi Mujer están compuestas íntegramente por ingredientes naturales. El más importante: el aceite de oliva, ‘aliñado’ con diferentes hierbas especialmente seleccionadas por sus propiedades específicas. Por ejemplo, el de romero es ligeramente exfoliante y astringente, y deja el pelo brillante y con olor a campo.
