El uso de dispositivos electrónicos, como móviles, tablets u ordenadores, es una práctica muy habitual y extendida en la sociedad actual a cualquier edad. Es más, una reciente encuesta realizada por ASISA ha desvelado que un 7% de la población española no sólo tiene este hábito antes de irse a dormir, sino que interrumpe su sueño nocturno porque «necesitan mirar el móvil en medio de la noche». Y es que, la dependencia de los dispositivos móviles se está incrementando en todos los segmentos de la población, especialmente entre las mujeres: «entre aquellos que han admitido tener que revisar su móvil interrumpiendo su sueño, el 62% eran mujeres frente al 38% de los hombres».* Síndrome del doble clik o apnea del whatsApp: La sufren aquellas personas que necesitan comprobar compulsivamente esta app en busca de mensajes. Entran una y otra vez para mirarla, leen y releen en busca de respuestas, comprueban con angustia que el destinatario ha recibido su mensaje, ha estado conectado y ¡no le ha respondido!
* Síndrome de la llamada o mensaje imaginario: Un 70% de las personas que tienen móvil ha experimentado este síndrome. Se asocia con estar pendiente del móvil y sentir que se reciben llamadas o mensajes cuando ello no sucede. Nuestro cerebro nos hace imaginar que escuchamos el tono de una llamada o vibración, según recoge elle.
* Síndrome FOMO: Son las siglas en inglés de fear of miising out, es decir miedo a perderse algo de lo que está sucediendo en el mundo, en las redes sociales…Y no poder destacar entre nuestros contactos o mostrar la gran vida social que llevamos. Puede llevar a la percepción de que otros están teniendo mejores experiencias que nosotros y provocar complejo de inferioridad.
* Depresión de Facebook: Se produce cuando nos comparamos con los perfiles de otros que cuelgan fotos de maravillosos viajes, estupendos trabajos, familias y casas de ensueño… Pensamos que nuestras vidas no son ni la mitad de interesantes, que no estamos a la altura de nuestros amigos (que tienen un número mayor de visitas, amigos y fotos actualizadas), nos deprimimos y nuestra autoestima se arrastra por el suelo.
* Narcisismo digital: Precisamente, esa necesidad constante de hacerse selfies (un verdadero fenómeno social y digital), inmortilizarse en cualquier momento y salir estupendas y felices está llevando a muchos a retocarse estéticamente. Un dato: 7 de cada 10 menores de 35 años admiten estar demasiado pendientes de su físico por culpa de Instagram.