La vida del bebé británico Alfie Evans, que sufre una enfermedad cerebral degenerativa sin cura, mantiene en vilo a Reino Unido. Contra la voluntad de sus padres, los médicos decidieron anoche desenchufar al pequeño ante la «falta de esperanzas». A pesar de que se esperaba un trágico final inminente, Alfie lleva casi un día respirando por sí solo y «no está sufriendo», como ha anunciado su progenitor a las puertas del hospital de Liverpool donde el pequeño de 23 meses sigue ingresado.
Los padres de la criatura, Tom Evans, de 21 años, y Kate James, de 20, han librado una batalla judicial para conseguir permiso para trasladar a su hijo a un hospital en Roma para continuar con su tratamiento, según recoge El Español.
El Gobierno de Italia ha otorgado la nacionalidad italiana a Alfie tiene preparado un avión medicalizado para trasladar al pequeño a Italia. A pesar de que hasta el papa Francisco se ha implicado en el asunto, las autoridades británicas no contemplan en ningún caso dejar que Alfie vuele fuera de Reino Unido. De momento, sólo está sobre la mesa trasladarlo a su casa en Liverpool.
En la noche del martes la Justicia británica volvió a rechazar el último recurso de los padres. «Esto representa el capítulo final del caso de este extraordinario niño pequeño», ha dicho el juez del tribunal en la tercera vez que se da la razón a los médicos del hospital de Liverpool, donde el niño está ingresado desde hace más de un año y medio.
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