La firma Kleresca ha desarrollado un tratamiento no invasivo de fotobiomodulación para tratar el acné recurriendo a la luz fluorescente, eliminando las bacterias que provocan el acné, reduciendo la inflamación, mejorando las lesiones producidas al aumentar la producción de colágeno, y normalizando la actividad celular.
La fotobiomodulación combina una lámpara multi-LED con un gel fotoconversor especial para generar fluorescencia, que penetra en la piel con diferentes longitudes de onda y desencadena varios mecanismos de reparación desde el interior con resultados positivos y duraderos.
En cada sesión de fotobiomodulación, el tratamiento activo (de exposición a la luz) dura nueve minutos. La pauta recomendada por los dermatólogos es de dos sesiones semanales a lo largo de seis semanas.
