Cuando se sufre bacné, lo que hay que hacer es tratarlo como si fuera acné facial. La limpieza es esencial, y también la hidratación, para que no haya «efecto rebote», según recoge mujerhoy.
La esteticista Cristina Galmiche, con centros en Madrid y Alcalá de Henares, experta en combatir el acné en todas sus variaciones, con metodología 100% artesanal, lo tiene claro, «La oxigenación es clave para combatir este trastorno. En la espalda es similar a la que se realiza en rostro o cuello; su base es el drenaje de las póstulas, granos…etc. Pero difiere en que el tipo de piel que tratamos, al estar menos expuesta a factores exógenos como la polución o el contraste entre frío/calor, suele tener un pH cutáneo más fortalecido y los resultados se ven antes. Aunque siempre hay que hacer un diagnóstico previo del problema, los principales pasos del protocolo en cabina son:
Limpieza y tonificación
Cauterización e hidratación.
Exposición al vapor
Extracción.
Mascarilla descongestionante y purificante; en general a base de algas con principios marinos 100% orgánicos o bien con Alfakerato u otros activos que cautericen, calmen y mejoren la apariencia del poro dilatado.
Masaje con cóctel personalizado de principios activos.
Rehidratación de la zona.
Plantas como: caléndula, árnica y harpagofito, son tradicionalmente utilizadas por sus propiedades calmantes y vulnerarias: favorecen la cicatrización de las heridas y la recuperación de la piel maltratada. En el caso de la caléndula, posee además propiedades emolientes suavizando y calmando la piel. El Tepezcohuite, cuyo nombre significa en lengua nativa «árbol de la piel», es oriundo de América Central dónde utilizan la corteza molida. Posee una gran capacidad cicatrizante y regeneradora de la piel así como propiedades astringentes y antisépticas.