Parece algo obvio, pero es importante que limpiemos nuestro rostro y nos lavemos la cara con abundante agua, ya que es mucha la suciedad y factores contaminantes a los que estamos expuestas durante el día.
Limpiar bien el cutis
¡Nunca te vayas a la cama maquillada! Los poros se obstruyen y la suciedad se acumula sin dejar que la piel respire, según recoge stylelovely.
Dependiendo de tu tipo de piel o tus necesidades, existe un mundo infinito de limpiadores faciales para dejar tu rostro libre de residuos.
Tónicos
Entre la limpieza y la hidratante, no debemos olvidarnos de este paso. Los tónicos ayudan a preparar nuestro rostro para el tratamiento posterior.
Hidratar bien la piel
Durante la noche nuestra piel se repara, por lo que es el momento perfecto para cualquier tratamiento.
Aunque las hidratantes que utilices sean de rápida absorción, se recomienda dejar pasar unos 30 minutos para asegurarnos de que no se quedará pegada en la almohada.
Elige una buena postura
Fuera de los beneficios, en cuanto a salud, que implican las diferentes posturas corporales a la hora de dormir, la más recomendada para nuestra piel es boca arriba.
En esta posición nuestro rostro no se presiona contra la almohada y se retrasa la aparición de arrugas y líneas de expresión.