El azúcar es uno de los alimentos más prohibidos.
Puede ser adictivo y eso no suena muy bien ¿verdad? y si la OMS recomienda una reducción drástica del azúcar que consumimos, menos.
Además, está relacionado con varias enfermedades, sobre todo el blanco o refinado que no aporta nutrientes, sólo calorías.
El azúcar está presente en multitud de alimentos más allá de la repostería, como la bollería, galletas, cereales de desayuno, salsas, mermelada, refrescos…
Y ojo con los productos «0% grasa», porque pueden contenerlo.
¿Nuestra vida sin él sería menos dulce?
Pues no, evita los productos con azúcar refinado y endulza tu vida con stevia, miel no procesada o azúcar de caña puro, con moderación.
¿Los zumos de fruta son buenos o están «prohibidos»?
Y ya no hablamos de los zumos industriales de fruta o néctar, con y sin azúcares añadidos, la pregunta se extiende a los zumos caseros.
Según un estudio de The Lancet, a pesar de contener más nutrientes, su contenido en azúcar (fructosa) es igual al de un refresco. Y es que aunque la OMS recomienda consumir frutas, esto se refiere a piezas enteras, si despojamos a estas piezas de su piel, perdemos gran parte de la fibra que contienen.
Sin la fibra, desaparece la sensación de saciedad y bebemos más zumo (y más azúcar), además de que al perder también vitaminas y nutrientes, la fructosa se digiere peor.
Patatas fritas: adictivas y nocivas
Tenemos al enemigo encerrado y lo liberamos con cada bolsa que abrimos.
Las papas fritas son ese bocado crujiente, salado y sabroso que debemos evitar y no es tan fácil porque también son adictivas. Además, las patatas fritas poseen grandes cantidades de sal, grasas, carbohidratos… incluso azúcar. Provocan sobrepeso, hipertensión y al someterse a altas temperaturas, según la OMS se libera una sustancia que podría provocar cancer. Suficientes argumentos para ser un alimento prohibido.
Pan, cereales, arroz o pasta: ¿alimentos prohibidos?
Al ser procesados y despojados de su cáscara, los cereales utilizados para elaborar estos alimentos pierden fibra, sales minerales y nutrientes.
Consumiéndolos en grano entero, ayudamos a trabajar a nuestro sistema digestivo, por lo que aceleramos nuestro metabolismo y perdemos peso, además de prevenir enfermedades del mismo y estreñimiento.