Si usted tiene episodios cíclicos de tos, dificultad respiratoria, pitos, presión en el pecho y limitación al hacer ejercicio, debería ir al médico. Es muy probable que sea una de las más de 235 millones de personas en el mundo –más de 3 millones en España– que sufren asma y no lo sepa, como el 50% de los afectados que permanece sin diagnosticar.
“A pesar de ser una enfermedad muy frecuente, es una gran desconocida para la población general”, explica a Sinc Olaia Bronte Moreno, que trabaja en la Unidad de Asma del Hospital de Galdakao (Bizkaia). “Muchos de los asmáticos relacionan sus síntomas con ansiedad, cuadros catarrales o alergias, por lo que resulta fundamental sensibilizar a la sociedad”.
Es una gran desconocida. Muchos de los asmáticos relacionan sus síntomas con ansiedad, cuadros catarrales o alergias
Cada primer martes de mayo se celebra el Día Mundial del Asma para concienciar a la ciudadanía sobre esta enfermedad crónica que requiere de un tratamiento continuado –farmacológico y no farmacológico– y cuyas causas no están claras, salvo cuando existe una alergia.
El aumento del uso de antibióticos, la reducción de las infecciones, los ambientes cada vez más limpios o el mayor número de cesáreas frente a partos naturales consiguen que el sistema inmunitario cambie su respuesta de defensa y genere una reacción alérgica frente a agentes inocuos, como ácaros y pólenes.
Según apunta Paloma Campo, especialista en Alergología del Hospital Regional de Málaga, “se sabe que el estilo de vida moderno está detrás del importante aumento de la atopia. Y una población más atópica está en mayor riesgo de desarrollar asma”.
Por otro lado, el cambio climático y el aumento de la contaminación, especialmente de las partículas diésel, provocan que el polen sea más alergénico. Al romper los granos, las partículas se inhalan y llegan al árbol respiratorio con mayor facilidad. Todo ello se combina con una predisposición genética –el 70% de los afectados posee un componente familiar–.
Uno de los estudios más completos sobre la enfermedad, publicado a finales de 2017 en The Lancet Respiratory Medicine, analiza en 188 países sus datos desde 1990 hasta 2015 y los compara con los de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Los resultados indican que el asma fue la enfermedad respiratoria crónica más prevalente en todo el mundo, con el doble de casos que de EPOC en 2015. Es más, en el periodo analizado la prevalencia de asma aumentó un 12,6%. No obstante, las muertes por EPOC fueron ocho veces más comunes que por asma, lo que confirma la eficacia de la medicación, leer más en SINC.