Muchas costumbres en nuestra higiene personal carecen de sentido o utilidad. Sí, se entiende que es lo lógico, pero muchas veces lo que parece de perogrullo no es lo correcto. Y te contamos por qué, según recoge Nuria Sernea en cadenadial.
La humanidad al completo lleva toda la vida -bueno, no exageremos, desde la invención del producto- haciendo un mal uso del desodorante. Nos duchamos, nos secamos y una vez bien acicalados cumplimos con el ritual: impregnamos nuestras axilas con el antisudoral.
Pues, ¿sabías que estás cometiendo un error garrafal? Los expertos insisten en que hay que aplicarlo de noche, justo antes de irnos a la cama, y con la piel seca y explican el por qué:
Los productos antisudorales actúan introduciendo sustancias como las sales de aluminio en las entradas a los conductos de las glándulas sudoríparas afectando directamente a la producción de anticuerpos
Ya ves, no es que estés reduciendo la capacidad del desodorante para cumplir su función, es que expones a tu cuerpo a se más vulnerable porque pones en riesgo tu sistema inmunológico.
Miles de dermatólogos no pueden estar equivocados y coinciden en que el mejor momento para echarse el desodorante y que sus propiedades sean lo más eficaces posibles sobre el cuerpo es por la noche ya que durante las horas de sueño los productos antitranspirantes penetran mejor en las axilas y permiten que a lo largo del día realicen correctamente su función.
Es el momento de rectificar. Ah! y no te culpes. No es fácil adivinarlo ¿has leído en algún desodorante que las instrucciones de uso hablen de ello?