Salud y Belleza

Crecer en la pobreza modifica nuestro ADN

Todos aquellos que hemos experimentado la pobreza sabemos que puede llegar a definirte tanto física como psicológicamente. Ahora, de acuerdo a una investigación publicada en Physical Anthropology, podemos decir que la pobreza puede incluso a generar cambios a nivel genético, alterando hasta el 8% de nuestro ADN.

Investigadores de EE. UU. y Canadá llegaron a esta conclusión luego de realizar un análisis del genoma de 489 participantes en la Encuesta de nutrición y salud longitudinal de Cebú, con sede en Filipinas según N+1 Usando datos genéticos y de encuestas tomadas de mujeres que dieron a luz a principios de la década de 1980, el equipo identificó una relación entre el estado socioeconómico (SES) y la tendencia a modificar los genes a través de la epigenética.(¿Por qué los pobres son pobres?)

«Primero, sabemos desde hace mucho tiempo que el SES es un poderoso determinante de la salud, pero los mecanismos subyacentes a través de los cuales nuestros cuerpos ‘recuerdan’ las experiencias de pobreza no se conocen», dice el antropólogo biológico de la Universidad de Northwestern, Thomas McDade.

La pobreza y su impacto

La pobreza no cambia la codificación real de los genes, pero si cambia los resultados gracias a algo llamado epigenética. Este proceso implica cambios químicos en el ADN que impiden o mejoran la lectura de una secuencia. En casos como este, el mecanismo preciso denominado metilación describe la adición de un grupo metilo a un gen, modificando su transcripción.(¡Los argentinos necesitan más dinero para no caer en la pobreza!)

En este caso, las consecuencias pueden ser significativas, ya que pueden afectar el desarrollo cognitivo e incluso desempeñar un papel en condiciones como el trastorno del espectro autista. Además, estos cambios pueden transmitirse de generación en generación.

Aplicando pruebas genéticas personalizadas a muestras de sangre tomadas de jóvenes de 21 años de edad, los investigadores identificaron más de 2,500 sitios de metilación que afectan a 1,537 genes entre los identificados como criados en condiciones de bajo SES. En comparación con los niños nacidos en una riqueza relativa, aquellos que se hicieron pobres más tarde en la vida no mostraron diferencias significativas.

Dado que las estimaciones actuales sitúan el recuento total de genes codificantes de proteínas en nuestro genoma en cerca de 20,000, estamos observando cambios en casi el 8% de nuestros genes. Otros estudios podrían revelar incluso más cambios que no fueron evidentes en esta investigación.

Más estudios

El estudio no va tan lejos como para identificar vínculos precisos entre los genes metilados y sus posibles impactos en la salud, pero muchos sitios han sido implicados previamente en el desarrollo de importantes sistemas relacionados con la inmunidad y la neurología. Estos vínculos podrán ser encontrados en posteriores estudios.

«Estas son las áreas en las que nos centraremos para determinar si la metilación del ADN es realmente un mecanismo importante a través del cual el estatus socioeconómico puede dejar una huella molecular duradera en el cuerpo, con implicaciones para la salud en el futuro», finaliza McDade.

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