Salud

¿Sabes qué enfermedades obligaron a Màxim Huerta ‘el breve’ a ocultarse tras dimitir como ministro?

Màxim Huerta
Màxim Huerta Telecinco

Tras su dimisión lo perdimos de vista, desapareció de los medios en los días posteriores; ¿qué pasó realmente con el escritor, periodista y fugaz ministro?.

El nombramiento de Máxim Huerta como ministro de Cultura y Deporte fue uno de los más sorprendentes de todos los que hizo Pedro Sánchez cuando asumió el cargo de presidente del Gobierno. Sin embargo, el periodista se vio obligado a renunciar al cargo después de que saltase a la luz la noticia de que defraudó a Hacienda y tan solo 6 días después de su toma de posesión, según ABC.

Hace poco menos de un año de eso y desde entonces nada se volvió a saber del que fuese el ministro más mediático del Ejecutivo de Sánchez, apodado posteriormente como «Máxim el breve», hasta ayer cuando hizo su reaparición en «El Programa de Ana Rosa» -espacio televisivo en el que trabajaba como colaborador antes de su nombramiento-.

Con motivo de la presentación de su último libro «Intimidad improvisada», el periodista ha ofrecido su segunda entrevista a su gran amiga Ana Rosa Quintana, quien le ha preguntado sobre su año «en la sombra». ¿El motivo? Huerta ha sufrido un par de enfermedades graves que le han impedido hacer frente y seguir adelante en su día a día.

Todo comenzó el mismo día de su dimisión forzosa, sus amigos -augurando lo que venía por delante- le compraron un billete de avión a Londres para evadirse de la presión mediática: «Cuando fui al aeropuerto, todavía no era consciente del volumen informativo que había. Me desmayé al verme en portada, de toda la gente que me miraba. Vino la Policía y todo. No estoy acostumbrado a cómo me miraba la gente».

Tal fue la presión, que Maxim comenzó a esconderse en casa, sufriendo así los síntomas de un caso de agorafobia -temor obsesivo ante los espacios abiertos-: «Yo tenía pánico, me encerré y no quería hacer nada. De hecho, me costaba muchísimo volver a salir. En silencio estuve bien», confesó visiblemente emocionado. A esto se le sumó una fuerte depresión por no poder sobrellevar la situación: «Sientes que te están señalando, sientes que tu vida va a morir. Cuando iba de Valencia a Madrid yo decía: me da igual que le pase algo al coche», dijo.

Ante esta situación, el periodista se refugió en su familia y amigos más cercanos y buscar ayuda profesional: «Me he impuesto un tiempo de silencio, de no decir nada ni leer nada sobre mí. He preferido estar callado y, afortunadamente, con ayuda médica y de amigos puedo estar aquí charlando, con gente que quiero y que conozco. Afortunadamente, puedo hablar»

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