Un grupo de investigadores de la Universidad de Rockefeller (EE.UU) ha demostrado, en un estudio desarrollado en ratones, que el intestino tiene un sistema funcional organizado en segmentos que permite desarrollar diferentes funciones del sistema inmune en varias partes del órgano y eliminar patógenos, lo que podría ayudar a mejorar los fármacos dirigidos a tratar los trastornos gastrointestinales.
Esta investigación, publicada en la revista ‘Nature’, ha permitido desarrollar nuevas teorías sobre cómo el intestino maximiza la captación de nutrientes al mismo tiempo que protege el cuerpo de los microbios.
En este sentido, Daniel Mucida, autor del estudio e investigador del laboratorio de inmunología mucosal de la Universidad de Rockefeller (EE.UU), descubrió en los ratones una segmentación funcional de los intestinos mediante un examen de las estructuras intestinales llamadas ganglios linfáticos, disposiciones encargadas de guiar las respuestas inmunes. De este modo, el equipo observó que estos sistemas tenían composiciones celulares diferentes en cada parte del intestino. Así, implantaron a los ratones el patógeno de salmonella con el objetivo de analizar las respuestas inmunes.
Tener respuestas inmunes separadas por ubicación puede aumentar la probabilidad de que el sistema inmunitario reaccione de forma eficaz frente a lo que está pasando, ha destacado Mucida, quien ha añadido que «una vez que la mayoría de los nutrientes se han absorbido, el sistema puede centrarse de forma más agresiva en la eliminación de patógenos sin interferir con la captación de alimentos».
Asimismo, el experto ha señalado que estas diferentes inmunológicas pueden ser utilizadas para el desarrollo de terapias y vacunas orales dirigidas a los trastornos gastrointestinales. No obstante, ha apuntado que la respuesta inmunitaria frente a las vacunas orales tiende a ser menos efectiva que las inyecciones. Además, ha destacado que los resultados en este tipo de cirugías podrían mejorar si se tuviera en cuenta las variaciones entre los diferentes segmentos.
«La orientación del extremo distante del intestino podría ser más eficiente en la inducción de la respuesta inmune requerida, pero, si aprovechamos la región correcta del intestino, es posible que veamos algunas vacunas de trabajo que han fallado anteriormente», ha concluido.