Este cuidador maltrata e intenta ahogar a su paciente

La hija del enfermo colocó una cámara que ha confirmado sus sospechas al mostrar multitud de agresiones

Este cuidador maltrata e intenta ahogar a su paciente

Una vez más somos testigos de cómo un desalmado maltrata a un indefenso anciano, y encima cobra por ello. Una hija colocó una cámara en el cuarto de su padre enfermo ante las sospechas de que su cuidador le maltrataba, tal y como informa el medio británico Daily Mail. Cuando vio las imágenes, esta mujer de Adelaida, en Australia, no podía salir de su asombro, según recoge ABC y comparte Manuel Trujillo para Periodista Digital.

El vídeo muestra cómo Corey Lucas fuerza a Clarence Hausler, de 89 años, a ingerir alimentos. El anciano se intenta resistir, sin éxito. En otra secuencia se ve al cuidador intentándole tapar las vías respiratorias con una servilleta, con la intención de asfixiarlo. Los hechos ocurrieron en septiembre de 2015 en la residencia Mitcham Residential Care Facility de Adelaida, operado por la mayor empresa del país en cuidado de personas mayores.

La hija del paciente, Noleen Hausler, presentó las imágenes a la policía, ante lo que Lucas fue encarcelado. El vídeo se ha hecho público ahora como parte de un estudio del caso en la comisión real de ancianos de Perth. «Al enfrentarme a las imágenes entré en un estado de shock y de total preocupación por mi padre», dijo Hausler en su declaración. «Mi corazón estaba acelerado y mis manos temblando».

Su padre permaneció trece años en esa residencia. En ocho días de grabación, el anciano fue agredido físicamente dos veces por Lucas y una por otra empleada. Ante esto, Hausler se quejó ante la organización del centro debido a los malos tratos que recibió su padre antes de que Lucas lo intentara asfixiar, pero fue acusada de espiar ilegalmente al personal antes de que la tomasen en serio.

La hija reconoce que algunos empleados le mostraron su compasión, mientras que la empresa expuso una actitud «con ánimo de lucro». Asimismo, ha subrayado que el caso de su padre no ha sido un incidente aislado: «Es un problema muy extendido en el sector. Ocurre todo a puerta cerrada».

En junio de 2016, Lucas se declaró culpable de dos cargos de agresión con agravantes. Renunció y cumplió solo tres semanas de una sentencia de diez meses entre rejas.

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