Una anciana de Orense lucha para que el concello le condone la deuda de 134 euros por el desplazamiento de los Bomberos

Una mujer pasa cuatro días tirada en la bañera y le piden una factura por el rescate que no puede pagar

Una mujer pasa cuatro días tirada en la bañera y le piden una factura por el rescate que no puede pagar
Una mujer pasa cuatro días tirada en la bañera y le piden una factura por el rescate que no puede pagar RS

Una situación terrible. La pesadilla de Elvira Pérez empezó el día que se cayó en el cuarto de baño de su casa y se quedó inmóvil. La mujer, de 67 años, vive sola en un piso en Orense y se había dejado el móvil encima de la mesa de la cocina, por lo que no tenía forma de pedir ayudar. Ni siquiera los gritos fueron capaces de alertar a los vecinos de lo que le había ocurrido así que, tras la caída, pasó cuatro días con sus cuatro noches tirada en la bañera a espera de que alguien notase su ausencia, según recoge el autor original de este artículo ABC y comparte Francisco Lorenson para Periodista Digital.

La primera en dar la voz de alarma después de varias llamadas sin respuesta fue una sobrina, que envió a una amiga a la casa para que localizase a la mujer. Y allí se descubrió lo ocurrido. Que Elvira estaba tendida en la bañera y que llevaba cuatro días hidratándose con el agua de la ducha. Los encargados de poner fin a este calvario fueron los Bomberos de Orense, que entraron en la vivienda y la sacaron del baño. Después permaneció ingresada en el hospital unos días, hasta que regresó a su piso.

Pero el viacrucis no acabó aquí. Al poco tiempo Elvira recibió la factura por el rescate de los Bomberos, un montante de 134 euros que no puede asumir. Con una paga de 400 euros y sin otro tipo de ingresos, reconoce que le es imposible afrontar los gastos de esta intervención, de la que solo ha abonado 10 euros como muestra de su buena voluntad. En declaraciones a La Voz de Galicia, la orensana reconoce que «el trabajo hay que pagarlo, pero no pueden sacar de donde no hay. Si pudiese bien sabe Dios que no estaría pendiente de todo esto», asegura emocionada.

Antes de dejar de pagar otros recibos y exponerse a un corte de luz o a no poder llenar la nevera, la sexagenaria pide ayuda y revela que durante mucho tiempo contó con la ayuda de los servicios sociales. De ahí todas las reclamaciones que ha presentado al ayuntamiento y que, de momento, parecen haber caído en saco roto. «Si me vuelve a pasar, ¿qué hago?» se pregunta ahora.

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