La pandemia ha dado alas a una segunda pandemia, la de la miopía. No en vano, parece ser que el confinamiento en los hogares con un ocio basado en pantallas digitales y con escasas posibilidades de practicar la vista a larga distancia ha ocasionado que este problema refractivo haya aumentado un 10% entre los jóvenes de 18 a 24 años desde el año 2020.
Pero no solo la miopía se ha visto favorecida por el encierro, sino también molestias como la sequedad de ojos o la fatiga visual. Por fortuna, la vista es probablemente uno de los sentidos a los que más atención prestamos, dado el importante servicio que nos brinda.
Tanto es así que se estima que cerca del 65% de la población acude a revisarse la vista de forma habitual. Lo cierto es que no es para menos, dado que el 80 % de la población española padece un problema en la vista. En concreto, hablamos de un 43% de casos de presbicia o vista cansada, un 39% de miopía, un 38% de astigmatismo y un 18% de hipermetropía.
Pero quizás sea la miopía uno de los defectos en la visión que genera más preocupación. De hecho, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), 1,2 millones de menores de entre 6 y 15 años (25 % del total) son miopes en España.
Un problema, sin duda, en franco crecimiento. Los expertos en oftalmología reconocen que estamos ante un fenómeno cada vez más frecuente que incluso irrumpe a edades muy tempranas.
Sin duda, el ocio digital de los más jóvenes de la casa tiene su parte de culpa. Así, es fácil ver niños de apenas meses de vida que ya se entretienen con los dibujos en las pantallas de los móviles de sus padres mientras ellos comen sin interrupciones o charlan de forma distendida con los amigos en un restaurante. Todo ello nos está abocando a situaciones que hace tan solo una década eran altamente improbables con niños de entre dos y cuatro años que ya sufren miopía.
Esta no es una cuestión menor porque cuanto más joven sea la persona que padece este problema de refracción más riesgo correrá de acabar padeciendo una miopía magna con los graves peligros que entraña para nuestra salud visual, como el desprendimiento de retina.
Parece claro que la miopía corre como la pólvora entre la población. Hasta el punto que la operación de miopía es la segunda intervención oftalmológica más común después de la cirugía de cataratas (con un 97,9%).
Además, la satisfacción de los operados es máxima con un 91,6% que declara sentirse contento tras la operación hasta el punto que muchos de ellos recomendarían la intervención a sus familiares y amigos con miopía.
