Una dieta alta en grasas estimula a corto plazo la pereza y la falta de reflejos
Lo que veis es un mapa de los Estados Unidos creación de Stephen Von Worley donde aparecen representados todos los MacDonalds que hay repartidos por el país. Impresiona.
Hay más de 13.000 en todo el país, sobre todo en la Costa Este, donde se concentran de forma notable.
No queremos ser cenizos, porque algo parecido-aunque en menor escala- ocurre en casi todos los rincones del planeta, pero la afición a la llamada «comida rápida» no es buena.
Comerse una hamburguesa puede resultar ser un trabajo de riesgo.
Si hasta ahora abusar del fast food era perjudicial para el michelín y para tu corazón -está científicamente comprobado que el exceso de grasas saturadas aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares-, ahora también puede serlo para tus habilidades mentales.
Según un reciente estudio elaborado por la Universidad de Oxford, una dieta alta en grasas puede acarrear a corto plazo efectos tan negativos como la pereza y la falta de reflejos.
Eso sí, de momento, estos datos tan sólo se han probado en animales, aunque se sospecha que pueda afectar de la misma manera en los humanos, por lo que se van a llevar a cabo estudios similares en los hombres.
Y es que, de la misma forma que existen alimentos que potencian la memoria, parece que las patatas fritas, las pizzas y demás básicos de la cocina americana pueden pasar factura también a tu cerebro.
¿El motivo? Este tipo de dietas incrementan los niveles de una proteína capaz de interferir en el proceso de oxigenación de la sangre, sobre todo nueve días después de su ingestión.
Aunque aún tendremos que esperar para saber si este proceso afecta de la misma forma en los humanos -igual nos libramos- te recomendamos dejar las patatas fritas y las hamburguesas para momentos en los que no tengas que rendir al máximo intelectualmente.
No vaya a ser que te bloquees.