Expertos alertan de que España requiere «medidas drásticas» para reducir los índices de obesidad e hipertensión

Las administraciones públicas deben acometer «medidas drásticas» para reducir el importante número de españoles que padecen sobrepeso, obesidad e hipertensión arterial, ya que si no se pone freno al aumento de la prevalencia, la situación «amenaza con convertirse en una auténtica epidemia», según asevera el doctor José Abellán, catedrático de Riesgo Cardiovascular de la Universidad Católica de Murcia y representante de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA).

España tiene un 15 por ciento de personas con obesidad, entre un 25 y un 30 por ciento con sobrepeso, y hasta un 35 con hipertensión arterial (10 millones de personas). Esto supone –explica Abellán– que más de la mitad de la población tiene un riesgo cardiovascular significativo, y casi una cuarta parte son pacientes con «alto riesgo» de sufrir accidentes cerebrovasculares o trastornos coronarios.

«La presión arterial se va incrementando con cada kilo ganado, de hecho, las personas con obesidad tienen tres veces más riesgo de sufrir hipertensión y otros eventos cardiovasculares», recuerda este experto con motivo de la celebración el próximo lunes del Día Mundial de la Hipertensión. En este sentido, Abellán ha comentado a Europa Press que «España no es un país de gordos excesivos, pero sí de ‘rellenitos’, ya que tenemos a más de la mitad de la población española por encima de su peso».

Así, el representante de la SEH-LELHA subraya la dificultad del tratamiento de la hipertensión en pacientes obesos, que requieren el uso de terapias combinadas y de dosis altas para controlar su presión sanguínea. Además, el riesgo de sufrir un ictus, una cardiopatía isquemica o una complicación por diabetes es mucho más alta en estas personas, indica.

Se habla de hipertensión cuando se detectan cifras de presión arterial por encima de un valor que, por consenso, se ha fijado en 140/90 milímetros de mercurio (mmHg). Por encima de estos valores los expertos alertan de un mayor riesgo cardiovascular, aunque advierten de que la enfermedad «no presenta síntomas hasta que la enfermedad está avanzada», por eso es conocida también como «el asesino silencioso».

Como solución, este experto recuerda que, por cada diez kilos perdidos, la presión baja hasta 10 mmHg y reduce entre un 30 y 40 por ciento la mortalidad relacionada con la diabetes. Esto demuestra que «en algunos pacientes la hipertensión arterial no requiere tratamiento farmacológico, basta con seguir hábitos de vida saludables», señala.

FALTA DE CONCIENCIACION

«Hay que concienciarse desde la infancia de que el cuerpo humano está adaptado para una alimentación de supervivencia, no a vivir para comer», asegura el doctor Abellán. Asimismo, «hay que recordar los beneficios de abandonar el sedentarismo, no fumar, vigilar el contenido de sal de las comidas e incluir abundantes frutas y verduras en las comidas, que tienen mucho potasio y van bien para controlar la presión sanguínea».

Sin embargo, «existe un bajo nivel de conciencia social ante este problema, principalmente porque es muy difícil cambiar hábitos y estilos de vida establecidos». En cualquier caso, este especialista insiste en que «todos los hipertensos deben seguir tratamiento y seguimiento», ya que «precisamente los pacientes con hipertensión ligera son los que representan hasta el 70 por ciento de la mortalidad total».

«Ya en la adolescencia pueden identificarse marcadores de riesgo asociados a patología cardiovascular en la edad adulta», afirma el presidente de la SEH-LELHA, el doctor José Luis Rodicio. De entre todos ellos, «la elevación de la presión arterial es el más importante para determinar el riesgo en este grupo de edad», apunta.

OBESIDAD INFANTIL

En este sentido, los especialistas subrayan que la educación en salud es un «tema prioritario» desde edades tempranas y debe dirigirse a enseñar a los niños a comer bien y a tomar por costumbre la práctica de ejercicio físico para reducir al mínimo cualquier complicación en la madurez.

Según explica el doctor Abellán, en torno al 40 por ciento de los niños que sufren obesidad a los siete años «van a ser obesos durante el resto de su vida», y la probabilidad aumenta hasta el 80 por ciento cuando el paciente obeso está en la adolescencia. «La alimentación de los niños españoles dista mucho de ser la adecuada, pero donde más hincapié debería hacerse es la promoción del ejercicio físico», apunta.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído