Madrid, Barcelona, Cádiz y Manacor (Mallorca) son escenarios este sábado de un espectáculo callejero protagonizado por Nofumadores.org para exigir a los parlamentarios que están tramitando ahora la reforma de la ley del tabaco que «no cedan a las presiones de la hostelería», que quiere instalar fumaderos en sus locales.
La plataforma anti tabaco y la iniciativa científico-ciudadana «�Por qué nosotros no?» han movilizado a su gente y han protagonizado un espectáculo callejero de humo y muerte en Madrid, Barcelona, Manacor y Cádiz.
En las cuatro localidades, el «flasmob» ha tenido como protagonistas a un grupo de personas vestidas de camareros y ha querido demostrar con un espectáculo breve cómo el humo del tabaco las puede matar.
En Madrid, por ejemplo, han sido una veintena los miembros de Nofumadores.org y de «�Por qué nosotros no?» que se han vestido de camareros con máscaras y se han presentado así en la Puerta del Sol, donde se han envuelto en humo y han caído posteriormente fulminados al suelo por su causa.
Con esta acción, los grupos anti tabaco han querido llamar la atención de los políticos, que ahora están tramitando la reforma de la ley del tabaco en el Parlamento, y exigirles que no permitan que la nueva norma deje instalar a los hosteleros habitáculos cerrados y sin servicio de restauración en sus establecimientos para que puedan fumar en ellos los clientes que lo deseen, tal y como ha pedido el sector en el Congreso de los Diputados..
Las dos plataformas han leído un manifiesto en el que recuerdan a los parlamentarios que 212.000.000 de europeos ya conviven en bares y restaurantes sin humo y que, en España, sin embargo, mueren cada año mil empleados de la hostelería por culpa del tabaco.
«Ahora es el momento de corregir esta funesta injusticia», reza el manifiesto, que no acepta que se diga «que no es el momento» de cambiar esta realidad y que pide «una ley justa que proteja de forma efectiva la salud de todos». Esta ley, prosigue el texto, debe ser «clara, sin ambigüedades ni excepciones» y no ha de dejar «resquicios al incumplimiento» ni al «fraude».
