El estado nutricional es uno de los factores de riesgo de discapacidad más importantes en las personas mayores

El estado nutricional es uno de los factores de riesgo de discapacidad más importantes en la tercera edad, según la Fundación Edad&Vida, que ha elaborado un estudio sobre las prácticas de alimentación y nutrición de las personas mayores institucionalizadas, porque considera necesario establecer y desarrollar las bases o principios fundamentales para garantizar una nutrición y alimentación que se adapte a sus necesidades.

El estudio, que se ha presentado este jueves en un acto inaugurado por Purificación Causapié, directora general del IMSERSO, del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad y clausurado por Antonio Alemany, director general de Atención Primaria del Servicio Madrileño de Salud de la Comunidad de Madrid, se ha dividido en tres partes.

La primera de ellas consiste en un análisis de las causas y efectos de la desnutrición en las personas mayores y concluye destacando la importancia de la visión integral de todos los factores que influyen en la alimentación y nutrición.

Para la realización de la segunda parte se ha contado con la participación de 46 centros con una capacidad total de 4.500 residentes, distribuidos en 12 comunidades autónomas, con el objetivo de estudiar de forma exhaustiva las prácticas de alimentación y nutrición en centros residenciales para personas mayores.

Los resultados indican que en el 93,5 por ciento de los centros se lleva a cabo una valoración nutricional al ingreso de la persona mayor y que en un 97,9 por ciento de las residencias se identifican sus intolerancias, aversiones y hábitos alimentarios.

Asimismo, más del 97 por ciento dispone de personal especializado como médicos o dietistas. Las prácticas de identificación de problemas que dificultan la ingesta, la adaptación a las necesidades dietéticas del comensal, la planificación de menús nutricionalmente equilibrados y variados y el seguimiento de la satisfacción de los residentes tienen lugar de forma generalizada.

Además, se ha comprobado el establecimiento de procedimientos y protocolos de actuación y se ha comprobado que muchos centros toman como referencia guías y recomendaciones, por lo que la Fundación Edad&Vida ha concluido que la calidad de la alimentación y nutrición en las residencias analizadas está cuidada y controlada y ha recomendado la adopción de protocolos estandarizados para el manejo nutricional de los residentes según el grado de dependencia y patologías subyacentes.

Por último, en la tercera y última parte del estudio, se ha contado con una muestra de 1.475 residentes en 46 centros de 12 comunidades autónomas con el ánimo de comprobar si los mayores institucionalizados presentan un buen estado nutricional.

Los datos resultantes han indicado que más de un 80 por ciento de los residentes analizados son de edad avanzada (mayores de 75 años), con una elevada incidencia de deterioro cognitivo (75,7%) y un alto grado de dependencia (37%). Ante estas cifras, la fundación ha insistido en la necesidad de tomar medidas para facilitar el acceso de los residentes al suministro de soportes nutricionales adecuados, dificultado por complicados trámites administrativos y burocráticos, y ha hecho un llamamiento para que la Administración Pública elabore y garantice el cumplimiento de normativas para la correcta nutrición de las personas institucionalizadas.

LA FUNDACION EDAD&VIDA AÑADE UNA SERIE DE RECOMENDACIONES

Aparte de presentar los resultados de este estudio, la fundación ha elaborado una serie de recomendaciones que persiguen que tanto las prácticas y hábitos de alimentación como la valoración del estado nutricional se conviertan en dos aspectos fundamentales a valorar en los centros residenciales.

Estos consejos se centran en recalcar que la visión integral de la persona mayor, considerando todos los factores que influyen en su nutrición y alimentación, es fundamental para elaborar la planificación nutricional de los residentes, así como la constatación del grado y nivel de dependencia, así como las patologías asociadas.

Destaca, igualmente, el componente sanitario de la atención a las personas mayores en los centros residenciales y plantea el establecimiento de un módulo sanitario en la financiación de la atención a las personas mayores en situación de dependencia.

La fundación considera también de mucha importancia las medidas que faciliten el suministro del soporte nutricional oral o por sonda y que las normativas que se desarrollan para regular el uso de estos productos tengan en cuenta las características especiales de este grupo de población, y sobre todo de las personas con demencia.

Por último, la Fundación Edad&Vida ha otorgado un importante papel a las políticas de prevención y al fomento de los hábitos saludables en la alimentación del conjunto de la población.

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