Todas solemos pensar que tenemos los mismos derechos que los hombres, pero, ¿De verdad lo creemos?
Nos escondemos bajo las sabanas o rehuimos de la luz, nos callamos cuando algo no nos gusta y no somos capaces de pedir lo que queremos, nos preocupamos más de que no se nos note la barriga o nuestra flacidez que de nuestro propio placer, ¡Así no hay quien disfrute del sexo!
Es lógico que queramos gustar, pero en ocasiones, nos tiene tan ocupadas que olvidamos cosas más importantes y nos comportamos como si ellos merecieran más o como si nuestro placer fuera algo secundario.
¿Crees que nuestros complejos o nuestra incomodidad con el cuerpo que tenemos, le permitirá experimentar placer?
El rechazo o la vergüenza dificultarán nuestra capacidad de gozar, pedir, compartir, etc.
Hemos interiorizado muy bien las lecciones que nos enseñó la sociedad de antes, que en ocasiones nos lleva a menospreciarnos, renunciar a nuestros deseos e impide vivir plenamente nuestra sexualidad.
Una cosa es la imagen que nos dan los medios de la mujer liberada y feliz y otra bien distinta es lo que realmente podemos llegar a sentir.
Todo esto tiene mucho que ver con la imagen que tenemos de nosotras mismas, el amarse, respetarse, aceptarse, cuidarse es esencial para vivir nuestra sexualidad.
Si por el contrario, das más importancia a lo externo, intentas cumplir con la imagen que te has propuesto o piensas que es egoísta pensar en uno mismo, estas dejando de lado la mujer que llevas dentro y cohibiendo su libertad.
¿Qué deseas cambiar para estar más segura, ganar confianza, disfrutar y cumplir tus deseos? Tu eres responsable de tu placer, distingue lo que puedes cambiar y lo que no y trabaja por conseguir aquello que quieres.
Mantener una buena autoestima no es algo que se consiga de un día para otro por ello es importante aprender a observar lo que sentimos, lo que pensamos para poder ver tanto nuestros puntos fuertes como aquellos mas débiles. Conocerse es imprescindible para quererse y aceptarse.
Las mujeres somos diferentes, ni mejores ni peores, por lo que nos gustan cosas diferentes. Nadie nace sabiendo, por lo que es necesario conocerse y permitirse el derecho a pedir aquello que deseamos para poder disfrutar de nuestro sexo.
Es difícil desprenderse de las ideas preconcebidas, los mitos, o los miedos infundados, por ellos, el estar informadas puede abrirnos las puertas del maravillosos mundo de la sexualidad, para decidir como queremos que sea nuestra vida sexual. Informarse aclara dudas, disminuye miedos y genera la seguridad de la que nos priva la incertidumbre.
De esta manera, podrás elegir, probar, adaptar, suprimir, guardar, corregir y aprender todo lo que necesitas para estar satisfecha con tu sexo.
Como hemos comentado anteriormente, tu sexualidad no es algo secundario, por lo que si se convierte en una fuente de conflictos o ansiedad, no dudes en ponerte en manos de un buen terapeuta, quizá pueda proporcionarte la información que necesitas y dotarte de nuevas herramientas para transformar la situación en algo enriquecedor para ti.
NOTA.- Nuria Torres Marcos es Psicóloga (Col. M-26071) en el Gabinete Psicológico ‘Aprende a Escucharte‘
