En abril de 2012, Daniel Chong, de 25 años, fue encerrado en una celda de la Agencia Federal Antidrogas estadounidense (DEA, en sus siglas en inglés) tras ser detenido en una redada en San Diego (EEUU). Según la CNN —Daniel Chong, forgotten in DEA cell, settles suit for $4.1 million–, los agentes le metieron en una celda y ahí le dejaron durante cinco días: olvidado, sin alimentos ni agua.
Cinco días que a Chong se le hicieron eternos y en los que este estudiante, que entonces tenía 23 años, tuvo que beberse su propia orina e incluso trató de escribirse con un cristal de sus gafas roto un mensaje en su piel de despedida para su madre.
Por suerte, cinco días después un agente abrió la puerta metálica de la celda y le sacó de allí, esposado y cubierto de heces. Tras pasar varios días en el hospital, decidió interponer una demanda por los daños sufridos que ha tenido sus frutos: recibirá 4,1 millones de dólares de indemnización.