Suzy Menkes, la editora internacional de la versión online de Vogue, le lanza dardos envenenados
No es la primera vez que la prensa extranjera da la voz de alarma sobre la «extrema delgadez» de Letizia Ortiz, pero ahora la cosa cambia porque se trata ya de la Reina de España.
Algo que no ha hecho cambiar de opinión a Suzy Menkes, la editora internacional de la versión online de Vogue, a la que le ha faltado tiempo para lanzar sus dardos contra Letizia, tal como recoge El Mundo.
«El desastroso legado de Diana», titula su decimocuarta columna la veterana periodista británica, hasta la fecha santo y seña de la crítica/análisis de moda vía Herald Tribune, una reflexión sobre la imagen de las jóvenes royals europeas a cuento de la recién coronada Reina Letizia que el pasado miércoles se alzaba como el artículo más leído en la web del Vogue inglés (y aún sigue en el top tres).
En resumidas cuentas viene a decir que las actuales primeras figuras femeninas de las viejas monarquías son sólo exquisitos maniquíes modelados para el lucimiento mediático, mujeres florero a las que se juzga más por su compromiso estilístico que por el social.
Sin embargo, a su juicio no son más que una panda de tristes pajarillos desvalidos que se mortifican (dietas, cirugías plásticas) para dar la talla que impusiera en su día la difunta Diana de Gales.
Concretamente, a Menkes le da pena la Reina Letizia: «Me entraron ganas de llorar», escribió tras verla en una fotografía tomada el día de la coronación. No era la emoción del acontecimiento lo que la embargaba, era «el disgusto que siento por toda esta generación de princesas europeas, que son inteligentes y listas, escogidas por amor, aunque finalmente destinadas a parecer poco más que perchas».
Menkes no se corta en su repaso a la nueva realeza slim fit, al tiempo que informa de que las reinas gordas pertenecen a la «generación de la abdicación», como Beatriz de Holanda o la finada Reina Madre británica con sus siluetas de «pichón rollizo».
Tampoco se olvida de airear el rumor sobre la supuesta anorexia de la nueva Reina española, a la que recuerda «poderosa» en sus días de presentadora del telediario.
Menkes concluye preguntándose si el sino de la Princesa Leonor -de la que da por sentado que llegará a reina- no será el mismo que el de su madre. La pregunta que en realidad habría que hacerse es si el destino/misión de una reina en el siglo XXI no es otro que el de dar bien en la foto.