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Carnívoros o Vegetarianos: ¿Donde está la virtud?

Carnívoros o Vegetarianos: ¿Donde está la virtud?
Sandía, vegetarianos, amor y sexo. EP

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La dieta tradicional española rica en frutas, verduras y legumbres ha ido occidentalizándose llevándonos hacia un consumo muy elevado de carne, queso, embutidos, huevos y en general alimentos ricos en proteínas y grasas de origen animal.

Las razones son muy diversas y tienen poco que ver con la nutrición. Están más ligadas al tipo de persona, a la moda, la publicidad, el coste de los alimentos, la facilidad para almacenarlos o cocinarlos, que a la nutrición saludable en sí misma.

Por lo general, los aficionados a la carne son personas que les gusta mucho comer, de corte práctico, que no se plantean disquisiciones filosóficas en relación a la comida o incluso con la vida en general.

Por otro lado tenemos a los espirituales de la alimentación, los que abogan por la vida vegetariana y que unen la ingesta de alimentos vegetales a conceptos como la espiritualidad, la ecología, la defensa de los animales o el medio ambiente, tomando como bandera la salubridad de dichos alimentos.

Es como si comer carne supusiera una frontera que divide personas y establece criterios de salud basados en razones morales, sociales, o culturales.

Nada más lejos de la realidad. Evidentemente comer mucha carne y otros productos de origen animal, como principal elemento de la dieta arrinconando frutas, verduras y legumbres es una mala práctica que conduce a la obesidad, enfermedad cardiovascular y cáncer.

Eso claramente es así, está demostrado y vemos ejemplos cercanos todos los días. Pero ser vegetariano, tampoco te garantiza una salud de hierro. Depende para empezar de qué tipo de vegetariano seas, y del tipo de alimentos que elijas.

Por lo general estas dietas vegetarianas y sobre todo las veganas puras, son dietas muy pobres en proteínas, con falta de minerales y vitaminas como calcio, hierro, vitamina B12, zinc y vitamina D y con frecuencia excesivamente ricas en carbohidratos y azúcares refinados que toman en forma de pan, bollería, dulces o pastas bajo el nombre de casero o saludable.

Este tipo de dieta es desequilibrada e igualmente se asocia con problemas de salud, aunque distintos a los carnívoros, relacionados con malnutrición, osteoporosis, anemia, retrasos de crecimiento, fertilidad, el embarazo, etc.

¿Donde está la virtud? Necesitamos más de 40 nutrientes diferentes para mantener el cuerpo en funcionamiento y ningún alimento por si solo puede proporcionarlos todos. Desde un punto de vista nutricional, no existen alimentos buenos o malos.

Depende de la propia composición del alimento en si misma, pero también de la cantidad, de las veces que se tome y del resto de alimentos con los que se combine. Es necesario comer variado de forma que la diete se equilibre y nos aporte todo lo que necesitamos.

Dejemos la diatriba a un lado y seamos sensatos, comer de todo con moderación buscando el equilibrio, es lo saludable, los alimentos en sí mismos, no.

Volvamos a nuestras costumbres, dejemos a un lado las modas y sigamos la dieta que ha demostrado ser en sí misma la más saludable, la dieta Mediterránea, en la que se combinan todo tipo de alimentos, sin tener que plantearse si son buenos o malos.

NOTA.- La doctora Susana Monereo es Jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid.

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