Todos los años sucede lo mismo, empiezan los primeros rayos de sol, comenzamos a utilizar ropa mucho más ligera y nos damos cuenta de que los michelines, estratégicamente tapados en invierno, quedan al descubierto y es entonces cuando decidimos ponernos a dieta, casi siempre con dietas con las que luego se obtiene el tan temido efecto rebote. Y es que, tal y como explica el doctor Cristopher Oyola, director de la Clínica Bruselas, «no consiste en hacer dietas de manera puntual, lo que hay que hacer es cambiar los hábitos y comer bien siempre, también en vacaciones, para no subir de peso cada vez más»
Hay que distinguir, no obstante, en hacer un plan de choque puntual para bajar los 3 o 4 kilos que hemos cogido en vacaciones o en someterse a un tratamiento para bajar más de 15 o 20 kilos y de ahí en adelante. No es lo mismo desde el punto de vista médico y, por lo tanto, tendrá un tratamiento diferente.
Para perder pocos kilos
Lo ideal para perder pocos kilos es seguir una dieta equilibrada y balanceada que un médico ponga al paciente para que sea lo más natural y sana posible pero, como casi todo el mundo sabe, ingerir menos calorías de las que consumimos es fundamental por lo que hay que comer más veces al día, unas 5, pero pequeñas cantidades, para no llegar con un hambre voraz a la mesa. Alimentos ricos en fibra, pocas grasas y no dejar de lado los hidratos de carbono aunque sí limitar su consumo y escoger cuáles. No es lo mismo un croissant con mantequilla de postre después de cenar que una tostada de pan integral con aceite de oliva para desayunar. Y, tal y como explica el doctor Oyola, «para obtener resultados mucho más eficaces, lo ideal es combinar la dieta y el ejercicio con tratamientos como la mesoterapia. Aunque, advierte, cada paciente es único y la aparatología «generalmente la hacemos personalizada en función de cada necesidad»
Cuando hablamos de obesidad
Hablamos de obesidad cuando una persona tiene un IMC (es decir, un índice de masa corporal) superior a 29 y de obesidad mórbida cuando supera el 40. Este representa el número de kilos por metro cuadrado de superficie corporal y se calcula dividiendo el peso por la altura al cuadrado. Si el resultado da más de 29 hay obesidad y ya hablamos de enfermedad dado que dicho sobrepeso puede afectar al corazón, la circulación, los riñones…y hay que ponerse en manos de un experto médico.
Uno de los tratamientos que mejores resultados tiene es la banda gástrica o anillo y que se hace mediante laparoscopia y anestesia general. Consiste en la implantación de un anillo alrededor del estómago que reduce su capacidad por lo que, una vez puesto, el paciente se saciará muchísimo antes. Comerá mucho menos lo que le hará bajar de peso. El anillo se coloca sin ajustar y es después en consulta cuando se ajusta a través de un reservorio que queda colocado bajo la piel y que comunica con la banda por medio de un pequeño tubo. Es un procedimiento totalmente seguro sin ninguna complicación. No se han dado nunca casos de mortalidad ni complicaciones graves y existe una amplia experiencia en Europa y en Estados Unidos con esta técnica. En los últimos diez años se han implantado 160 mil bandas en todo el mundo. De hecho, actualmente es la técnica más utilizada en Europa y comienza a ser generalizada en nuestro país.
En cualquier caso, lo más importante es no llegar a tener obesidad y para ello lo que hay que hacer es cuidarse. Comer bien, hacer ejercicio y, por qué no, tratamientos que ayuden a mantener siempre nuestros kilos a rayas.
