Adelgazar es una combinación de dieta y ejercicio

Las 6 ‘torpes’ excusas que te impiden adelgazar

La belleza tiene un precio

Aquí va una verdad universal: una dieta correcta y equilibrada, con seguimiento profesional y personalizado, debería funcionar siempre.

Las excepciones se cuentan con los dedos de la mano.

Así que, ¿cuál es el único paso necesario para que funcione una dieta?

Tomársela en serio.

La belleza tiene un precio.

A continuación, te contamos las seis excusas que te están impidiendo adelgazar:

  • 1. «Por un día, no pasa nada»
    «Fijarse en los logros, darnos cuenta de que el objetivo está cada vez más cerca, es el mejor revulsivo para no cortar una dieta exitosa», explican los psicólogos de Clínica Ravenna Madrid.
    Hay nutricionistas que permiten en sus dietas una comida semanal más calórica por un motivo psicológico: el paciente sostendrá mejor la rutina de la dieta, especialmente si es de larga duración. Sacar por ello la conclusión de que ‘una vez a la semana puedo comer lo que sea porque no se engorda’ es ir muy lejos y una forma de autoengañarse muy peligrosa, porque nos arriesgamos a tirar lo conseguido por la borda.
  • 2. «Sustituyo la merienda por la cena y cambio la manzana por un kiwi»
    Hacer por nuestra cuenta cambios de alimentos no es buena idea, ya que no sabemos las equivalencias nutricionales, los índices glucémicos, los aportes calóricos… Ni todos los pescados, ni todas las frutas, ni todos los cereales integrales son iguales. Y lo mismo ocurre con el orden de las comidas. Parte del éxito de una dieta, y sobre todo del mantenimiento, es saber ordenarse, y eso implica a las comidas en número y en horas.
  • 3. «Como casi no como, no hago ejercicio»
    Adelgazar es una combinación de dieta y ejercicio. Sí, es cierto que si solo comemos saludablemente, en cantidades pequeñas y sin apenas grasas, acabaremos adelgazando por el mero desgaste del cuerpo con el día a día, pero no añadir ejercicio es un grave error.
  • 4. «Me ha pasado mi amiga una dieta estupenda…»
    Las dietas deben ser personalizadas siempre, y para ello no hay nada como el que sea un experto el que la prescriba. Lo que a una persona le va genial, puede que no funcione en otra. «Es muy importante recabar la mayor cantidad de datos posible, no solo médicos (antecedentes familiares y personales) sino también relativos a la vida actual del paciente: vive solo, en pareja, con o sin hijos, trabaja o no por turnos, tiene viajes frecuentes… Ayudan a proponer una dieta que sea lo más llevadera posible, que permita bajar de peso y mejorar el estado de salud», explica la doctora Zuloaga.
  • 5. «Es zero no suma calorías, da igual»
    El riesgo de permitirnos ‘barra libre’ con las comidas acalóricas es especialmente conductual. «Este tipo de comidas parecen gozar de un halo saludable, pero son productos altamente procesados en los que algún ingrediente ha sido sustituido por otro y no precisamente mejor», explica la doctora y nutricionista Silvia Zuloaga. Además, el éxito de una dieta no es solo adelgazar los kilos de más, sino también mantenernos en ese peso ideal durante el resto de nuestra vida.
  • 6. «Llevo siete días haciéndolo genial y no adelgazo… ¡a la mierda la dieta!»
    Hay muchos factores por los que la báscula nos ‘engaña’ no permitiendo ver los progresos: tomar medicamentos, tener la regla, volar en avión… El cuerpo sigue perdiendo grasa pero la aguja de la báscula no baja por ese líquido que, más temprano que tarde, expulsaremos. Lo mejor es tomárselo en serio y no desistir. Si aún así no ves progresos, no te tomes la justicia por tu mano y coméntalo con tu nutricionista, porque quizá deba hacer algún ajuste en la dieta.

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